Jesús, nuestra roca

Hay dos series de lecturas bíblicas
en los días laborables del Adviento del Rito romano:
una desde el principio hasta el día 16 de diciembre,
y la otra desde el día 17 al 24 de este mes.

En la primera parte de este Tiempo,
se leen profecías de Isaías,
siguiendo el mismo orden del libro…
Los Evangelios de estos días están relacionados con la primera lectura.

Desde el jueves de la segunda semana,
comienzan las lecturas del Evangelio sobre Juan Bautista;
la primera lectura es o bien una continuación del libro de Isaías,
o bien un texto relacionado con el Evangelio.

En la última semana antes de Navidad,
se leen los acontecimientos que prepararon de inmediato
el nacimiento del Señor,
tomados del Evangelio de san Mateo (cap. 1) y de san Lucas (cap. 1).

En la primera lectura se han seleccionado algunos textos
de diversos libros del Antiguo Testamento,
teniendo en cuenta el Evangelio del día,
entre los que se encuentran algunos vaticinios mesiánicos
de gran importancia.

***

 

1 comentario en “Jesús, nuestra roca

  1. Dos resonancias sonoras en este «diálogo a distancia» sobre la oración Ad pacem.

    1- La Fortaleza, y no se porqué denominé esta canción hispana de la tradición andalusí en su versión instrumental con este nombre tan sálmico. Es robusta, roca, baluarte, una ciudad fuerte. Hoy «el Señor que nos salva».

    Todo cantado por Isaías, ese espejo en el que se mira el Jesús mas humano, el que tiene presente, mas que al Bautista, cada vez que hace algo y que habla.

    La Fortaleza se grabó con laúd, flauta y percusión en 2004 para el CD «Latidos de Al Andalus» Pneuma PN-690 y después en 2017 para el CD «Taifa de Toledo» PN-1550.
    https://youtu.be/3X1DZja53I4

    2- La Roca que se desprendió de la montaña y se extendió por toda la tierra (salvandonos).
    «… porque el Señor es la Roca perpetua: doblegó a los habitantes de la altura y a la ciudad elevada; la humilló hasta el suelo, la arrojó al polvo y la pisan los pies, los pies del humilde…» Is 26, 6

    En las Cantigas Santa María salva al monasterio de la destrucción, a causa de una roca que se desprendió de una peña y caía sobre la iglesia.
    CANTIGA DE SANTA MARÍA DE ALFONSO X Nº 113 LAS ROCAS DE MONTSERRAT

    https://youtu.be/_DQaCXbfO_k

    Traducción al castellano.
    CSM 113 LAS ROCAS DE MONTSERRAT
    Esta es de Monsaraz, de una gran piedra que cayó de la roca que está encima de la iglesia, que venía directamente a destrozar la iglesia toda y el monasterio.
    ESTRIBILLO
    Tengo como cosa de razón que obedezcan
    las piedras a la Madre de Rey
    que, cuando murió por nosotros,
    las piedras se hendieron.

    COPLAS
    De esto os diré un gran milagro muy grande que contar oí.
    Que en Monsarraz hizo la Virgen, y que bien se ve ahora allí,
    de una peña que se movía
    y que llegó a caer.

    Y cayó de tal manera, que, si Dios la dejase ir,
    pudiera destruir toda la iglesia,
    pero Dios no quiso sufrir esto,
    por defender la iglesia

    de su Madre gloriosa, Reina espiritual;
    por ende desvió la peña de tal manera que no hiciese mal,
    y la hizo descender tan despacio
    que, después, no pudo dar otra vuelta.

    Pero los monjes, que cantaban la misa de la Madre de Dios,
    cuando oyeron el gran ruido, dijeron: “Señor, somos tuyos,
    y no nos dejes perecer
    ni morir de mala muerte.”

    Diciendo esto, salieron de la iglesia y vieron estar
    el peñasco allí donde había caído, porque Dios
    lo había hecho desviar, y comenzaron
    a bendecir a Dios y a la Virgen y su poder.

    Este milagro tan grande, que hizo Dios,
    por la del buen talante, su Madre gloriosa,
    lo ven cuantos allí van, a Monsaraz, y en ello
    tienen placer, y de lo suyo van a hacer allí ofrendas.

    GALAICO-PORTUGUÉS ORIGINAL
    CSM 113 LAS ROCAS DE MONTSERRAT
    Como Santa Maria de Monsserraz guardou o monesteiro que non feriss´ a pena en ele que caeu da roca.
    ESTRIBILLO
    Por razon tenno d´ obedecer
    as pedras á Madre de Rei,
    que quando morreu por nos sei
    que porend e se foron fender.

    COPLAS
    Desto direi un miragre mui grande que contar oy´
    qu´en Monss(arr)az fez a Virgen (e) que ben pareçe og´ y,
    d~una pena que se mover
    foi e ar leixou-sse caer.

    Esta caeu en tal guisa, se a Deus leixasse v~iir,
    que podera a eigreja toda tan toste destroir;
    mais Deus non quis esto sifrer
    pola eigreja deffender

    De sa Madre groriosa, a Reynna esperital;
    poren desviou a pena en (tal) guisa que non fez mal,
    e fez-la tan passo decer
    que pois non se pude volver.

    Mais-los monges, que cantavan a missa da Madre de Deus,
    quand´ oyron oson grande, disseron: “Sennor, somos teus,
    e non nos leixes perecer
    nen de maa morte morrer.”

    Dizend´ esto, sairon fora da eigrej´ e viron estar
    o penedo que caera, que Deus fezo desviar;
    começaron Deus a b~eizer
    e a Virgen e seu poder.

    Este miragre tan grande, que fez pola de bon talan
    Deus, sa Madre groriosa, véeno quantos y van
    a Monssarraz, e an prazer
    e do seu van y offerer.

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