Las bienaventuranzas

«Quien anhela el reino de Dios
tiene en cuenta la lista de prioridades de Jesús:
las bienaventuranzas.
Comenzando por Abraham, Dios ha hecho promesas a su pueblo.
Jesús las retoma, amplía su validez hasta el cielo
y las convierte en su propio programa de vida:
el Hijo de Dios se hace pobre para compartir nuestra pobreza,
se alegra con los que están alegres y llora con los que lloran (Rom 12,15);
no recurre a la violencia, sino que ofrece la otra mejilla (Mt 5,39);
tiene misericordia, siembra la paz
y con ello muestra el camino más seguro hacia el cielo.
(Youcat 284)

Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,
porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que buscan la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de
los cielos.
Bienaventurados seréis
cuando os injurien,
os persigan
y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros
por mi causa.
Alegraos y regocijaos
porque vuestra recompensa será grande en los cielos.
(Mt 5,3ss)

​Las bienaventuranzas han sido cantadas, durante siglos,
en los oficios de la liturgia gotho-hispana / mozárabe.

Sobre el arca hispana de las bienaventuranzas:
Liturgia hispánica y marfiles
Artículo de Dª Ángela Franco Mata, MAN

 

1 comentario en “Las bienaventuranzas

  1. ¡Menudo programa de vida! Solamente si lo hace Dios en nosotros podrá salir adelante.. Él lo puede todo, esa es nuestra esperanza.

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