«Desde las Iglesias hispánicas que, antes de proceder a la constitución de una liturgia autóctona, habían adoptado formularios procedentes de otras iglesias, se siguieron observando los signos de evolución que se producían en otras Iglesias locales.
Ni en el momento de mayor intensidad creadora se pierde el contacto con las lejanas liturgias de Oriente -de tipo alejandrino, antioqueno o siro-caldeo- y con las más cercanas de la Galia meridional, Milán y Roma. La liturgia hispánica iba afirmándose, manteniéndose siempre vinculada a la tradición universal».
(Prenotandos del Misal Hispano-Mozárabe, n. 7)
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En este domingo XXIX del tiempo durante el año
podemos meditar el pasaje de los hijos de Zebedeo:
Marcos 10, 35-45.
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Recordamos hoy al santo profeta Oseas y san Ignacio de Antioquía
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