“Además de la intercesión de María en Caná de Galilea,
el Evangelio nos entrega el Magnificat (Lc 1, 46-55),
que es el cántico de la Madre de Dios y el de la Iglesia,
la acción de gracias gozosa,
que sube desde el corazón de los pobres
porque su esperanza se realiza
en el cumplimiento de las promesas divinas”.
Compendio del Catecismo, n. 547
Ya san Beda (s. VII) recuerda que la Iglesia
acostumbra a cantar el Magníficat
todos los días, al caer la tarde.
Es una costumbre que podemos hacer propia.
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AUDICIÓN:
Hermana Glenda
Una versión del Magníficat:
Narciso Yepes /Cantiga de Santa María
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En el aniversario de la canonización de san Manuel Glez. García (2016)