María en verano

La Madre de Dios orando en el Monte de los Olivos:  recibe de Gabriel el anuncio de su Tránsito. Las olivas se curvan en señal de reverencia.

Dentro de un mes, mediando agosto, la Iglesia entera celebrará la gran fiesta de la Pascua de María (15 agosto).

Los cristianos orientales preparan el evento con un tiempo de ayuno.

Luego, en septiembre comenzaremos el curso con su Natividad (8 septiembre).

Haciendo un paralelismo entre su Natividad y su Dormición, nuestra tradición hispana proclama gozosa:

«Del mismo modo que podemos alegramos de tu Nacimiento y ante tu parto estamos temblorosos, así en tu Tránsito a los cielos exultamos de alegría.
Había sido poco santificarte sólo a tu entrada en el mundo, por eso Cristo te exaltó al salir de esta tierra, como corresponde a una madre como Tú.
Como convenía, fuiste felizmente recibida en la asunción por el mismo a quien piadosamente recibiste, concibiéndolo en la fe.
La roca del sepulcro no podía tener encerrada a quien desconocía la corrupción de la tierra.
¡Alma redimida por tan abundantes títulos!
Los apóstoles te rinden obediencia, los ángeles te ofrecen un canto y Cristo te da el abrazo.
Un carro te dan las nubes, el paraíso se abre a tu asunción y se te ofrece el primer puesto en el coro de las vírgenes.»

***

Cantiga mariana (Yepes)

 

1 comentario en “María en verano

  1. La imágen del anuncio del tránsito de María conmueve con los olivos doblados en señal de reverencia hacia la Madre del Señor. Tránsito, dormición que no muerte. Tanto la entrada en el mundo de nuestra Señora son motivo de alegría y celebración aquí en la tierra y entre los ángeles del cielo. El canto de los ángeles, el abrazo del Hijo – imágenes de la liturgia mozárabe que realzan la figura de nuestra Virgen, la Virgen de la humanidad.

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