Necesitamos una palabra profética.
<En países de la América hispana, como Nicaragua,
por poner un ejemplo,
sacerdotes, pastores, religiosos y laicos,
son maltratados y encarcelados,
por anunciar a Cristo y defender los derechos de los más desfavorecidos,
mientras en otros lugares de este continente,
como Brasil, Colombia, El Salvador o México,
miles de mujeres y hombres comprometidos con el Evangelio,
son extorsionados por guerrillas, cárteles de la droga y grupos paramilitares
porque, la existencia de cristianos capaces de vivir la radicalidad
y el escándalo del Evangelio, resulta incómoda, insoportable.
¿Y qué hace la bella Europa ante estas crueldades,
por llevar a la práctica el Humanismo cristiano,
epicentro de nuestra civilización?
Pues se avergüenza de sus raíces y continua rumiando,
como un ternero de engorde,
mientras mira hacia otro lado, algo que se le da muy bien>.
Jesús Fonseca, periodista (Valladolid)
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Hoy se cumplen 20 años
del atentado terrorista
en Atocha (Madrid).
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El Cirio es ofrecido
-nuevo-
cada año, en la Noche santa de Pascua.
Atentado 11M, tenía AVE a Córdoba esa mañana temprano para una reunión para conciertos con el Ayuntamiento. Pasé previo en vespa por mi oficina de arquitecto de la Comunidad de Madrid. Al llegar a Atocha la policía no dejaba entrar, un caos de pasajeros y policías empezó en ese momento. Decían que el AVE no saldría que volviésemos en una hora. El tráfico se colapsó y llegaban ambulancias y ninguna información. Llamé por teléfono a mi casa preguntando por noticias en radio o TV y pude saber que había habido explosiones de bombas.
Regresé a mi oficina previo anular la cita de Córdoba. La mañana fue un goteo de confusas noticias sobre ETA, inconsciente de que por 10 minutos no fuí protagonista entre los muertos y heridos.
Cuánta soberbia por todavía hoy no reconocer el origen o motivación de este terrorismo. De calor a frío de indignación. De susto a oración. Aún hoy muy cerca, ileso pero herido.