“En los salmos
hallamos profetizado
no sólo el nacimiento de Jesús,
sino también su pasión salvadora,
su reposo en el sepulcro,
su resurrección,
su ascensión al cielo
y su glorificación a la derecha del Padre”.
(San Ambrosio de Milán)
Antes de abrir el entendimiento
de sus discípulos para comprender las Escrituras
les dijo:
“Era necesario que se cumpliese
todo lo que está escrito de mí
en la Ley de Moisés,
en los profetas
y en los salmos” (Lc 24,44).
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Este verano 2020 es un tiempo oportuno para
iniciarnos o profundizar
en la oración con los salmos:
son la base del Oficio Divino o
Liturgia de las Horas.
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