2 comentarios en “Recordemos en este mes de Febrero…

  1. Se nos recuerda como nuevo lo que pudiera ser una rutina a los adeptos: la celebración de todos los martes del mes y del curso del año, pues lo trabajamos como si fuese un curso escolar.
    Y se adorna con la composición mística (como un mándala de meditación del budismo tántrico) de uno de los Beatos, el de Silos, de hacia el año 1100.

    Símbolo de la celebración celeste y visualización educativa de nuestra celebración litúrgica.
    Círculos concéntricos en mitad del cual y en el eje superior está el Kyrios con el libro y el Cordero del sacrificio con su cruz. Libro y altar en nuestro presbiterio…
    En los ejes cardinales se configuran el séquito y las comitivas orientadas hacia el centro: ángeles y humanos, rezando con redomas de perfumes (oraciones e incienso) y cantando salmos con instrumentos musicales.

    La práctica de la meditación sobre esta miniatura requiere el mismo esfuerzo y gracia que la participación en el rito eucarístico. Paso a paso se integra en la «iniciación», purificándose en el proceso progresivo, para lograr ser parte de la mente (corazón) y del cuerpo místico del Reino y de la iglesia-asamblea.

  2. Aprendí desde mayo de 2016 a junio de 2018 que la celebración de rito hispano-mozárabe es (se acerca a ser) la»Cena del Cordero».

    El libro de la Revelación hizo su «desvelación» y quien preside el rito me ayudó a «abrir los ojos» hasta parecerme a los personajes de las miniaturas de Beato.

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