Reflexiono al caer la tarde sobre…

El cuidado de los otros:

· ¿La forma en que empleo mi tiempo refleja una preocupación genuina por los demás?

· ¿Está la solidaridad incorporada en mis oraciones y mi espiritualidad? ¿Encomiendo a las personas vulnerables de todo el mundo en mis oraciones o atiendo sólo mis preocupaciones personales?

· ¿Estoy atento sólo a mi prójimo más cercano o también en todo el mundo?

· ¿Veo a todos los miembros de la familia humana como mis hermanos y hermanas?

Podemos añadir cada uno más cuestiones para enriquecer el examen…

5 comentarios en “Reflexiono al caer la tarde sobre…

  1. Análisis serio y que escuece, de conciencia social. y solidaridad, de familia humana.
    Triple análisis y petición de compromiso cercano, social y político.

    Salir del ego (todo para mi, yo primero, me pica me duele, estoy cansado, me molestan, mi dinero… me lo merezco).

    Salir de «solo con y por los míos».

    Salir de conformarse con la evanescencia social lejana (los pobres, las guerras, los desechos y parásitos, los inútiles….). Aquí si veo lo concienciador y útil de incluir este asunto en la oración comunitaria. Que.bonitas e insistentes las oraciones de la liturgia hispana: por los viajeros, inmigrantes, enfermos, la paz…

    Y queda lo difícil: el cuidado y atención (no solo de los familiares y amigos cercanos) de los vulnerables, enfermos, desplazados… los de otra ciudad, otro país, otro equipo de futbol, otro partido político, otra religión…

    Siento que mi reflexión es incompleta.
    La invitación de hoy es «el cuidado de los otros» y acentúa que los otros no solo deben ser los próximos familiares o inmediatos… los míos, sino la «familia humana»

  2. Sugerente examen sobre mi relación con los otros.
    He pensado hoy en lo poco que difundo la fe, realizo apostolado, evangelizo.
    Cuaresma es un tiempo de oración por los catecúmenos: los que se han convertido gracias al testimonio de los creyentes y van a recibir el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía dentro de ocho días.
    ¡Oración por los catecúmenos y vida coherente cristiana -testimonio- para que otros se acerquen a la fe!
    Recordamos, además, que la instrucción y preparación de los candidatos al Bautismo no se reduce a la enseñanza oral. En esta etapa de Cuaresma tienen lugar también ritos y exorcismos, denominados con el término genérico de “escrutinios”, exámenes.
    Los corazones de los catecúmenos –que se preparan para la Iniciación cristiana en la noche de Pascua- son sometidos a prueba “para ver si,
    después de renunciar al demonio,
    han grabado en su espíritu las santas palabras (Credo y Padrenuestro),
    si han conocido la gracia del Redentor que van a recibir
    y si están dispuestos a confesar su fe en Dios, Padre todopoderoso”
    (Carta de Juan diác. de Roma a Senario de Rávena, 4.
    Texto del s. VI: PL 59,402ss).

  3. Hoy, sábado, rezamos por los que van a recibir los tres sacramentos en la Pascua:
    Dios nuestro, aunque continuamente realizas la salvación de los hombres,
    sin embargo, concedes a tu pueblo gracias más abundantes
    en este tiempo de Cuaresma;
    dígnate, pues, mirar con amor el esfuerzo cuaresmal de tus elegidos
    y concede tu ayuda tanto a los catecúmenos
    que van a recibir el bautismo
    como a tus hijos que ya lo hemos recibido.
    Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
    que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
    y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

  4. A punto de cambiar el día me atrevo a sugerir la escucha (antes de Pueri hebreorum del domingo) de esta cantiga de Alfonso X, especialísima, de los 7 pesares de Santa María. Entre viernes de dolores y domingo de ramos. No tengo a mano el texto original en verso en galáico ni la traducción al castellano, pero si la introducción que escribí en el libreto del cd «»Cantigas de Nuestro Señor»

    https://youtu.be/0IGFxPLrzkw

    CSM 403. LOS SIETE PESARES
    Es la cantiga central, la número 50, del Códice de Toledo. En el borde del folio 145 alguien escribió en el manuscrito «pois este debe ser a festa de ramos; Aver non poderia lagrimas…», lo que nos indica que en algún momento se cantó al inicio de la semana santa. La cantiga medita sobre los pesares de Santa María a lo largo de su vida a causa de su Hijo. La matanza de niños mandada por Herodes y la huida a Egipto, la pérdida de Jesús niño tres días entre los judíos de Jerusalén, y toda la sucesión de tragedias de la pasión de Jesucristo: prisionero, herido, elevado a la cruz, la muerte, el desclavado de la cruz y su entierro, y su soledad tras la ascensión. Tiene su cúspide emocional al cantar del dolor profundo de Santa María cuando presencia la muerte de su hijo. Esta cantiga de los siete dolores de la Virgen es contemporánea del «Stabat Mater dolorosa», secuencia latina atribuida al monje Jacopone da Todi (h.1228- 1306), al Papa Gregorio X (1210-1276) o a san Buenaventura (1218-1274).

Responder a Eduardo Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *