Santa Claus / San Nicolás

Hoy, 6 de diciembre, a comienzos del Adviento, celebramos la festividad de san Nicolás, obispo del siglo IV, patrón de los niños, muchachas casaderas, marineros, panaderos y mercaderes.

El nombre de Nicolás parece que significa Vencedor del pueblo. Se conoce poco de este santo. Obispo de la región de Myra Demre (Lycia, en el suroeste dela actual Turquía). Aunque no hay demasiados datos, parece que en época de las persecuciones del emperador Diocleciano, Nicolás estuvo entre los presos por causa de la fe. También se afirma que tras el edicto de Constantino (año 313) en el que se concede la libertad de culto a los cristianos, Nicolás es liberado y participaría en Nicea, el primer concilio de la Iglesia (año 325). Murió alrededor del 350. Conocemos su vida a través del Metodio, patriarca de Constantinopla (siglo IX), y gracias a él, san Nicolás se convirtió en el santo más venerado de la Iglesia bizantina. Otro escritor, Metaphastes, recogió la tradición hacia el siglo X.  Posteriormente, en Occidente su vida se traduciría al latín.

Los relatos de su biografía están envueltos y enriquecidos por la leyenda: huérfano de padres ricos y educado en un monasterio. Ordenado presbítero es conocido por su generosidad para con los pobres y sobre todo por su dedicación a la pastoral infantil. Al ser elegido obispo de la ciudad costera de Myra continuó su dedicación hacia los más necesitados.

Sus hechos son relatados por sus cronistas. Destaca la tradición que narra como un padre tenía tres hijas: las tres eran piadosas e iban siempre al catecumenado del obispo Nicolás, para ser un día bautizadas como cristianas. El padre que lo que buscaba era un buen pago, fruto de la boda de las doncellas, decidió encerrarlas en la casa y buscar un esposo comprador. El obispo Nicolás, enterado de la situación por la ausencia de las catecúmenas, no se le ocurrió más  solución que liberarlas de su prisión doméstica. Impedido de acceder por la puerta decidió entrar por la chimenea. Una noche bajó por el amplio hueco del hogar de la casa. Allí, ante los rescoldos estaba tendida la ropa. Nicolás introdujo dentro de las medias de cada muchacha unas piezas de oro. Al día siguiente al recoger la colada encontraron el donativo. Con ello pudieron pagar una dote para la boda y recobrar su libertad.

Una versión del relato es recogido incluso por Dante en su obra La Divina comedia. Otra narración describe como tres niños pobres habrían sido librados de ser sazonados como tocinos por su intervención milagrosa. También con su oración tres marineros alcanzaron sanos y salvos la costa tras una tempestad. Un trío de oficiales condenados injustamente fueron liberados por su intervención mediadora. En todos los textos es significativo el número tres que hace referencia a la fe ortodoxa en la Trinidad divina.

Esta ayuda a necesitados y niños sería invocada incluso después de su muerte. De ahí surge la creencia en la “visita” del santo obispo a las casas de los niños en la vigilia de su fiesta para animarles a preparar la cercana Navidad.Visita del santo que perdura en las chucherías que regalaba.

Durante siglos, esta fue una jornada popular en el Adviento (junto con santa Lucía, el 13 de diciembre). En los hogares cristianos europeos se preparaba familiarmente la Natividad del Señor, se colgaban calcetines o medias o se ponían zuecos junto a la chimenea para recibir los regalos que el santo traería.

Junto a la creencia popular la Iglesia ha honrado en su liturgia a este santo obispo. Especialmente al difundirse su culto por doquier. En la Turquía musulmana la práctica de la fe se hizo más difícil. Las peregrinaciones a su sepulcro muy arriesgadas y peligrosas. Esto originó que un grupo de cristianos italianos trasladasen las reliquias de san Nicolás un 9 de mayo de 1087 desde Myra a Bari (sureste de Italia), ciudad con mayoría greco-bizantina. En 1095  una basílica fue dedicada en su honor por el papa Urbano II. Su culto se extendió entonces por todo el Occidente. Fue proclamado patrón de Sicilia, Rusia, Grecia y de algunas ciudades del resto de Italia, Austria, Alemania e Inglaterra.La Roma medieval le veneraba en 27 iglesias y un hospital está dedicado a su advocación. Su culto llegó hasta Madrid y su nombre inscrito en el calendario mozárabe de Toledo. La gran devoción de los cristianos explica la difusión de su iconografía en frescos, mosaicos, vidrieras, bajorrelieves…

Cuando el cristianismo fue prohibido y perseguido en la URSS, la figura del santo obispo patrono de los niños fue secularizado hasta convertirla en el Anciano de los Hielos; una figura mítica encargada de recoger los regalos a los pequeños en la Nochevieja. Se le representaba vestido de azul, mudando así su color rojo de las ropas episcopales.

La secularización había empezado ya en los países de la Reforma protestante: se comenzó a sustituir al santo obispo con la figura  de un anciano tocado con acebo, hiedra o muérdago (Father Christmas o Papa Noel). Sin embargo, la figura sería trastocada definitivamente en Norteamérica cuando en 1644, los puritanos ingleses de las colonias americanas prohibieron las celebraciones navideñas y toda alusión al santo católico. Pero, en ese mismo siglo XVII los holandeses que arribaron a las costas del nuevo continente llevando consigo sus costumbres, incluida la tradición del reparto de regalos en la fiesta del 6 de diciembre. A los niños se les decía que san Nicolás, vestido con hábito episcopal rojo con ribetes de armiño blanco, llegaba en barca a Ámsterdam –procedente de España- acompañado por sus sirvientes moros, vestidos según la moda española del siglo XVII, y recibido solemnemente por una procesión cívica. Los holandeses que se instalaron en la colonia de Nueva Ámsterdam (hoy Nueva York) dedicaron la primera iglesia al obispo de Myra. Por eso la pronunciación americana de san Nicolás no es Father Christmas, sino la forma holandesa Sinter Klaas que originó Santa Claus (Klaus). La festividad del santoral – 6 de diciembre- se insertaba con fuerza en la preparación de la Navidad.

En 1809 Washington Irving incluye la figura de san Nicolás en su obra Historia de Nueva York, presentándolo como un anciano holandés que reparte juguetes bajando por las chimeneas. En 1821 un famoso poema (atribuido por unos a William Gille; otros, a Henry Livinsgston) enriquece la figura al describirlo vestido de pieles y manejando un trineo tirado por un reno. En 1822 otra poesía, Relato de una visita de san Nicolás, -Twas the Nigth before Christmas-, profusamente difundida en el mundo de habla inglesa y escrita por el profesor Clement Clarke Moore, presenta a nuestro santo caracterizado como un simpático duende montado en un trineo de ocho renos. En 1863, el dibujante Thomas Nast, de padre bávaro, difundiría la primera imagen de Santa Claus, como un simpático anciano con pipa y larga barba. A comienzos del siglo XX se populariza la imagen de un rechoncho abuelote, amigo de los niños y repartidor de presentes. Sería a partir de 1931, cuando una compañía de refrescos utilizaría este diseño como  propio de sus anuncios navideños y lo extenderá al mundo entero. La túnica clerical roja se muda en un traje de pantalones, ajustados con un ancho cinturón, aunque conservando el armiño blanco de la esclavina episcopal.

A esto habría que añadir sus pretendidas residencias en Uummannaq en Groenlandia o la montaña de Korvatunturi en la Laponia finlandesa, que reciben cada año cientos de miles de cartas: un mito moderno que proporciona pingües beneficios comerciales.

Celebrar este día nos impide olvidar, al inicio del Adviento, al hombre real que, desde su misión en la Iglesia, vivió el Evangelio sirviendo a los más necesitados en tiempos no menos duros que los nuestros.

Manuel G. López-Corps, pbro.

Facultad de Teología de  la Univ. San Dámaso de Madrid.

2 comentarios en “Santa Claus / San Nicolás

  1. Pero ¿Cómo este profesor de San Dámaso, tiene tiempo de buscar y bucear en la vida de este simpático ancianete, que llegó a participar en el Concilio de Nicea? Me quedó PASMÁ
    Gracias padre por ilustrarnos

  2. Como siempre, gracias P.Manuel, por ayudarnos a no perder la perspectiva
    de lo que, de verdad, importa.
    Aunque, las leyendas que nos proporciona, enriquezcan nuestra alcancía, para
    los pequeños de la familia, y para nosotros, los niños grandes.

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