Ven, Raíz de Jesé

Ant. «Oh Renuevo del tronco de Jesé,
que te alzas como un signo para los pueblos,
ante quien los reyes enmudecen
y cuyo auxilio imploran las naciones,
¡ven a librarnos, no tardes más!”
Pedimos al Santo Pneuma el don de consejo.

«Sabemos cuán importante es, en los momentos más delicados, poder contar con las sugerencias de personas sabias y que nos quieren. Ahora, a través del don de consejo, es Dios mismo, con su Espíritu, quien ilumina nuestro corazón, de tal forma que nos hace comprender el modo justo de hablar y de comportarse; y el camino a seguir.
El Salmo 16 nos invita a rezar con estas palabras: «Bendeciré al Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con Él a mi derecha no vacilaré» (vv. 7-8).
Que el Espíritu infunda siempre en nuestro corazón esta certeza y nos colme de su consolación y de su paz.
Pedid siempre el don de consejo (Papa Francisco).

 

 

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«Una vez que Zacarías oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según la costumbre de los sacerdotes, le tocó en suerte a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso» (Lc 1,5ss).

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“Virga Jesse floruit” (Isaías 11, 1)
María es cantada en la liturgia hispana como “Vara florecida de Jesé”.
Jesé o Isai vivió en Belén. Fue hijo de Obed, nieto de Booz y padre del rey David.
Su importancia como uno de los ascendientes de Jesucristo es referida en el Nuevo Testamento.

La tradición hace referencia al Árbol de Jesé.

Todos recordamos el texto del primer libro de Samuel cuando el profeta Samuel, enviado por Dios, visita Belén para ungir a David como rey de Israel (1 Sam 16).

 

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Hoy acaban las Témporas de diciembre; el lunes, preparando la Navidad, se podrá ver la conjunción de Júpiter y de Saturno:

 

 

1 comentario en “Ven, Raíz de Jesé

  1. No conocía este don del Consejo, aunque sí los pasajes bíblicos citados. Desde luego es un don muy necesario y me parece que si no notamos que se nos ofrece puede ser porque no estamos atentos, no guardamos el debido silencio para oir la voz del Pneuma. O qué no lo pedimos bastante. Cuántas veces estamos en duda sobre como proceder, qué decisión tomar o qué camino elegir. Parar y pedirle consejo al Señor funciona, no siempre de inmediato, pero en algún momento veremos más claro como obrar. Un don maravilloso.

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