Vigilia de la Inmaculada

<El Dios inefable anunció al principio del mundo
a la Inmaculada Virgen María
como misterio sacratísimo y prodigio celestial,
en el que la gracia va por delante de la naturaleza.
Todo lo que pudo concederle el Padre
se lo concedió y la llenó de gracia
hasta donde convino,
para que desde el primer instante de su animación
ya fuera idónea,
para lo que desde la eternidad había sido elegida.
Dijo el eterno Padre al antiguo enemigo:
«Establezco enemistades entre ti y la mujer,
entre tu descendencia y la suya,
ella quebrantará tu cabeza».
Esta es la victoria de la Virgen,
este es el triunfo y el privilegio de María,
este es el mérito de Cristo.
Tú Señor,
cuyos caminos son la misericordia y la lealtad
haznos hijos por tu graciosa liberalidad>.

(Oratio Alia en la solemnidad de la Inmaculada)

 

“Durante el tiempo de Adviento,
recordamos frecuentemente en la liturgia a la Santísima Virgen.
Aparte de la solemnidad del día 8 de diciembre
–en que se celebran conjuntamente la Inmaculada Concepción de María,
la preparación radical a la venida del Salvador y
el feliz comienzo de la Iglesia, hermosa, sin mancha ni arruga-,
la tenemos presente, sobre todo,
en los días feriales desde el 17 al 24 de diciembre,
y singularmente el domingo anterior a la Navidad,
en que se leen las antiguas voces proféticas sobre la Virgen María y el Mesías,
así como los relatos evangélicos
referentes al nacimiento inminente de Cristo y del precursor.
De este modo, los fieles,
que trasladan de la liturgia a la vida el espíritu del Adviento,
al considerar el inefable amor con que la Virgen Madre esperó al Hijo,
se sienten animados a tomarla como modelo y a prepararse,
vigilantes en la oración y jubilosos en la alabanza,
para salir al encuentro del Salvador que viene.
Queremos, además, señalar cómo la liturgia del Adviento,
uniendo la espera mesiánica y la espera del glorioso retorno de Cristo
al admirable recuerdo de la Madre,
presenta un feliz equilibrio a la hora de expresar el culto.
Equilibrio que puede ser tomado como norma
para impedir todo aquello que tiende a separar,
como sucede en algunas formas de piedad popular,
el culto a la Virgen de su necesario centro de referencia, Cristo.
Resulta así que este período,
como han observado los especialistas en liturgia,
puede ser considerado como un tiempo particularmente apto
para rendir culto a la Madre del Señor:
orientación que confirmamos y
deseamos ver acogida y seguida en todas partes”.

S. Pablo VI, Marialis Cultus 3-4.

 

AUDICIÓN:
Hija de Sión:
 

1 comentario en “Vigilia de la Inmaculada

  1. Hola , mi nombre es Juan Manuel Gonzalez, soy de Veracruz, México. Una pregunta ¿En dónde puedo conseguir una imágen de la virgen de la Concepción? Parecida a la de su iglesia.

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