San Nicolas, «la victoria del pueblo»

Icono del santo en la iglesia ortodoxa rusa de Madrid (Gran Vía Hortaleza 48)

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Un par de días antes de La Inmaculada
la Iglesia celebra a san Nicolás,
cuyo nombre en griego significa «victoria del pueblo».
El santo obispo de Myra (actual Turquía)
y santa Lucía, virgen de Siracusa
han sido -durante siglos-
los heraldos populares de la Navidad.
En el  <Fuero de Madrid> (1202) aparece
san Nicolás como una de las parroquias del lugar.
Su culto en la Villa se remonta al s. XII.

Altar en Bari (Italia) sobre el sepulcro del santo obispo Nicolás.

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Cantos de adviento
Liturgia con Espíritu

Las manzanas -estilizadas muchas veces en bolas-
con las que adornamos nuestras casas
son el recuerdo del fruto del árbol del Paraíso:
el pecado del que nos ha liberado la luz de Cristo.
Es la razón por la que unimos velas con manzanas.

 

Hoy, día de la Constitución española, es fiesta:
una ocasión para el encuentro con la familia y los amigos.
Recordemos la posibilidad que tenemos mañana
de participar en la VIGILIA de la Inmaculada.

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La «Stella maris» de Gaudí: 

“Nace una nueva estrella en Barcelona”. Así lo anuncia la web de la Basílica de la Sagrada Familia, obra del genial arquitecto, Antonio Gaudí (10/6/1926). Será una estrella de 12 puntas que rematará la torre más alta del templo (Mare de Déu), hasta ahora, a falta de la Torre de Jesucristo, todavía por construir.

En el Templo de la Sagrada Familia, “Gaudí quiso unir la inspiración que le llegaba de los tres grandes libros en los que se alimentaba como hombre, como creyente y como arquitecto: el libro de la Naturaleza, el libro de la Sagrada Escritura y el libro de la Liturgia.

Así, unió la realidad del mundo y la historia de la salvación, tal como nos es narrada en la Biblia y actualizada en la Liturgia. Introdujo piedras, árboles y vida humana dentro del templo, para que toda la creación convergiera en la alabanza divina, pero al mismo tiempo sacó los retablos afuera, para poner ante los hombres el misterio de Dios revelado en el nacimiento, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. De este modo, colaboró genialmente a la edificación de la conciencia humana anclada en el mundo, abierta a Dios, iluminada y santificada por Cristo. E hizo algo que es una de las tareas más importantes hoy: superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza. Esto lo realizó Antoni Gaudí no con palabras sino con piedras, trazos, planos y cumbres. Y es que la belleza es la gran necesidad del hombre; es la raíz de la que brota el tronco de nuestra paz y los frutos de nuestra esperanza.

La belleza es también reveladora de Dios porque, como Él, la obra bella es pura gratuidad, invita a la libertad y arranca del egoísmo».

Benedicto XVI, Dedicación de la Sagrada Familia, 7.11.2010.

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Entrada en el Orden de las vírgenes de Adelina Crespo (Gothia)

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