Santísima Trinidad

Confesamos la fe 
en la santa e indivisible Trinidad

Gothia Campus, Los Negrales, Madrid 2016

<Santo y bendito es en verdad
nuestro Señor Jesucristo,
que, apiadándose de su Madre santísima,
procuró un guardián virgen
a la virginal pureza
de aquélla que es celebrada
en la tierra por los hombres
pero a quien los ángeles
celebran aún más en el cielo.
Ella que engendró
siendo consciente de los misterios divinos,
no ignorando el mal,
consolaba a los apóstoles en sus amarguras,
y revelaba a los discípulos
los secretos espirituales de su Hijo.
De ella manaba una oración
más dulce que la miel,
en la cual cooperaba
con la Madre del Señor
la magnanimidad de su Hijo,
que vive y todo lo gobierna con el Padre y el Espíritu Santo,
Cristo Señor y Redentor eterno>.

(Misa Moz del común de Santa María)

Hoy es el primer día…

… del resto de mi vida

De los apotegmas del Ps Martín de Dumio

Hoy, con la liturgia hispana, podemos orar así:

<Dios de los ejércitos,
protector incansable de la Iglesia, tu esposa,
la que vivificas con los dones de tu gracia,
a través de tu gloriosa Virgen Madre,
Por su amorosa intercesión,
te pedimos que
nos concedas observar tus mandamientos
y que, con corazón puro,
tal como nos mandaste,
podamos orar desde la tierra diciendo:

Padre nuestro… >

 

 

Veni Sancte Spiritus

La Secuencia es un poema que,
en diversos día solemnes del Año Litúrgico,
“se canta antes del Aleluya” (OGMR 64).

La palabra (de sequentia = proseguir)
parece indicar que esta composición
nació del canto sobre vocal
que se aplicaba a la última sílaba del Aleluya.

La secuencia de Pentecostés,
Veni Sancte Spiritus,
el día en que se cierra la Cincuentena Pascual,
es un texto, compuesto en latín,
con el que la Iglesia de Rito Romano
pide la asistencia del Espíritu Paráclito.

Atribuida a Stephen Langton (1150–1228),
Arzobispo de Canterbury,
es, junto con el Veni Creator,
uno de los principales himnos al Santo Pneuma.
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Veni, Creator Spiritus!

Pedimos hoy la gracia del Espíritu septenario
orando en Pentecostés:

<Dios todopoderoso,
es digno y justo proclamar conforme a las humanas fuerzas
los bienes recibidos de tu generosidad
y celebrar por siempre en esta conmemoración anual
el don de eterna salvación concedido a nuestros días.

 

 

¿Quién podrá callarse ante la llegada de tu Santo Espíritu
cuando por boca de tus Apóstoles hablan todas las lenguas
incluidas las más desconocidas?

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