«En Caná de Galilea
Jesús comenzó sus SIGNOS,
manifestó su gloria
y sus discípulos creyeron en él».
Evangelio de Juan 2, 11.
La antiquísima tradición hispana conmemoraba
el primer milagro de Jesús -que san Juan llama «signo»-
el mismo día de la Epifanía,
con la adoración de los magos en Belén y el Bautismo en el Jordán.
El Rito romano, tras la renovación conciliar,
se ha situado en esta perspectiva
y despliega el misterio de la Manifestación en tres fiestas:
el seis de enero y los dos domingos siguientes.
«El que transformó la naturaleza del agua
dándole sabor de vino,
os dé inteligencia espiritual. Amén».
(De la Benedictio en la Epifanía)
Antecipação e preparação da PÁSCOA ,quando CRISTO esposo ressuscitado desposará para sempre a IGREJA dando-lhe como dote eterno o dom do ESPIRITO DO AMOR derramado nos nossos corações que nos anima e sustenta.SANTO DOMINGO PARA TODOS VÓS
El vino no es solo agua con sabor de vino.
Los milagros del vino pueden ser el despliegue de una catequesis humana sobre el «trabajo de los hombres», la alegría de la fiesta, y el «calor» en el interior.
Escuché un relato perfecto sobre esto hace poco mas de un año en un centro cultural en San Sebastián de los Reyes. El ponente magistralmente hizo una preparación y dejó todo a punto para comprender el paso de Caná a la Última Cena.
Ojo, que la tercera manifestación es con y sobre el vino…
Y, además, dice la Biblia que el vino alegra el corazón de las personas…