Quien modera la celebración en la familia dice:
En el nombre de nuestro Señor Jesucristo: luz y paz.
R/. Demos gracias a Dios.
[Si está presente un sacerdote o un diácono dice:
El Señor esté siempre con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.]
Se explica el significado del rito que se va a realizar.
Un lector dice (Sal 112,3):
Desde la salida del sol hasta su ocaso, sea alabado el nombre del Señor.
El mismo lector o un cantor concluye:
V/. Sea el nombre del Señor bendito desde ahora y para siempre.
R/. Sea alabado el nombre del Señor (Sal 112,3).
El que dirige la oración dice:
Oh Dios, cuyo nombre es bendito desde la salida del sol hasta su ocaso, llena de ciencia nuestros corazones
y abre nuestros labios en tu alabanza; para que como eres bendito con honor por todos los siglos,
así seas alabado de oriente a occidente por todas las naciones. R/. Amén.
Por tu misericordia, Dios nuestro, que eres bendito y vives y todo lo gobiernas por los siglos de los siglos. R/. Amén.
Se enciende la vela de la corona y se canta una antífona (p. e. ¡Ven, ven Señor, no tardes, etc.).
El encendido de la Corona puede hacerse en la cena del sábado por la tarde o al inicio de la comida dominical.
¡Qué preciosidad de explicación!
Todo cobra sentido.
El pecho se llena de gozo.
Muchísimas gracias.