Oriens… Amanecer


La Anunciación, cuyo relato escuchábamos ayer,
nos revela las primeras palabras de María.
Hoy oremos releyendo las siete palabras que los evangelios
recogen de los labios de la Madre del Señor:

I. ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón? (Lucas 1,34)

II. He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra (Lucas 1,38)

III. La paz esté contigo (Lucas 1,40)

IV. Proclama mi alma
la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios,
mi salvador;
porque ha mirado la humillación
de su esclava.
Desde ahora me llamarán bienaventurada
todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
–como lo había prometido a nuestros padres–
en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre. (Lucas, 46-55)

V.  Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando (Lucas 2,49)

VI. No tienen vino (Juan 2,3)

VII. Haced lo que Él os diga (Juan 2,5)

Antífona de hoy, 21 de diciembre 2022 A.D.:

«Oh Astro que naces de lo alto,
Resplandor de la Luz Eterna, Sol de justicia,
¡ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte!»

Comenzamos esta segunda parte del septenario con la sugerente contemplación de Cristo como como “Astro luciente de la mañana” (Oriens).
La palabra latina Oriens, castellanizada como Oriente, se traduce en las versiones litúrgicas como “Astro, Sol, Radiante amanecer, Aurora o Germen”.
Es un profundo concepto que hace referencia a la Luz y a la Vida (Fós / Zoé).

Este título muestra un paralelismo antitético con la antífona anterior (tinieblas /Luz del oriente); es el cumplimiento de la profecía de Isaías:
“El pueblo caminaba en tinieblas… una Luz les brilló…” (9,1s Mateo 4,12ss).
Esta antífona, cantada el 21 de diciembre/ solsticio de invierno, es una invitación a contemplar a Cristo como Cronócrator, Señor del tiempo.

Cada mañana cantamos que “nos ha visitado el Sol que nace de lo alto” (Lucas 1,78), hoy subrayamos esta convicción con esta antífona de finales de Adviento. En ella se profundiza la expresión del Nombre que ofrece el profeta Zacarías, Germen/Oriente (3,8; 6,12) con el título del Hijo: “resplandor de la Luz Eterna” (Sabiduría 7,26).

Con la venida del “Sol de Justicia” se anuncia en Malaquías el «día del Señor» (3,20).

En el hemisferio Norte, esta noche del 21 de diciembre de 2022 A.D. comienza el invierno;
los días –aunque no se note- comienzan a ser más largos:
es la victoria de la luz sobre la tiniebla.
También en esta jornada, los que caminamos en tinieblas y en sombras de muerte (cf. Isaías 9, 12; Lucas 1, 78s), confesamos a Cristo como el resplandor de la gloria del Padre, reflejo de la luz eterna (cf. Sabiduría 7, 26; Hebreos 1, 3): “Su nombre es Oriente” (Zacarías 6, 12 en la versión griega). Él iluminará, como Sol de justicia, a los que respetan su Nombre (cf. Malaquías 4, 2).

Pedimos al Espíritu el don de ciencia
que ilumine nuestras mentes para ver la realidad «según Dios» en medio de las tinieblas.

En nuestra agenda reservamos el lunes 2 de enero ’23
para la Misa de Inicio de Año
en Rito hispano-visigótico (18 h.).

2 comentarios en “Oriens… Amanecer

  1. Feliz solsticio, el sol vence la tiniebla.
    Una cantiga feliz (todas lo son, no hay cantiga que no sea bella).
    https://youtu.be/CFCsiFjrusc
    Cantiga 47 El monje ébrio.
    De vino, de amor…?
    Virgen Santa María, la Sabiduria…
    De lo que la Virgen puede curar… de la tiniebla de la ebriedad, de la ebriedad a la unión.

  2. Un estudio de la Universidad Estatal de Kansas concluyó que tener un árbol de Navidad real (no de plástico) en casa podría reducir las probabilidades de contraer resfriado o gripe. Y todavía más, también se ha descubierto que el aroma del pino aumenta la inmunidad y protege contra las infecciones de los senos nasales.

    No se si es cierto, pero es simpático este estudio. Como la experiencia de encender un cirio, vela, candil o cendal en casa al anochecer, la luz frente a la oscuridad, idea tan querida y glosada en el Evangelio de Juan.

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