La primavera comenzó anoche a las 22h 58m (hora oficial peninsular).Es el «equinoccio»: término que proviene del latín aequinoctium
que significa literalmente «noche igual».
La primavera es la época del año
en que la longitud del día se alarga más rápidamente.
A las latitudes de la Península,
el Sol sale por las mañanas antes que el día anterior
y por la tarde se pone después.
La sucesión de las estaciones nos recuerda
que Cristo es el <Cronócrator>,
el Señor del tiempo,
y que suyas son las edades y la eternidad.
Sólo Él es el principio y el fin de todo;
y lo resumimos en una palabra: Kyrios.
Por esa razón, en la España visigótica
se difundió la costumbre de colocar la primera y la última letra
del alfabeto griego (Alfa /Omega) junto a los brazos de la Cruz.
El computo lunar marca la fecha anual de la Pascua:
Durante toda la primavera el planeta Marte será visible tras la puesta de Sol.
Al amanecer se verán los planetas Venus, Saturno y Júpiter.
Una de las constelaciones más características de esta estación es Leo,
fácil de localizar hacia el sur tras la puesta de Sol
por su forma de signo de interrogación invertido.
Para los cristianos antiguos,
tan habituados a vivir al ritmo de los astros,
esta constelación primaveral
acentuaba la preparación a Pascua,
en la que se canta a Cristo como <León vencedor>.
Con respecto a la luna:
dentro de cuatro semanas,
las cuatro fases lunares,
será la luna llena (19 abril)
que marca la fecha de Pascua 2019:
el domingo siguiente, 21 de abril.
Cada alma es una chispa de estrella en el corazón humano dentro de un humilde terrón de arcilla (visión de Hildegard), una chispa del fuego de la vida. La promesa de Abraham: tantos descendientes como estrellas.
Visigodos astrónomos y alquimistas. La luz, «no está en nosotros mismos», sino en el Dios interior que «se digna hacer de nosotros su morada».
León, corazón viviente » te quiero con todo mi corazón», órgano de la sangre de vida. Cronócrator corazón del cosmos, ritmo que palpita en tiempo del sistema solar.
Luna del mes de Nisan… la Pascua judía de Viernes Santo y Domingo triunfal.
Símbolos cuajados de significados… como el color cuaresmal del campo de lavanda primaveral en la Provenza.
Leo en primavera, ‘lucernario’ estelar.
Busco dos citas del León de Judá, al principio y al final de la Escritura:
‘Judá es un cachorro de león, –¡Has vuelto de la matanza, hijo mío!– Se recuesta, se tiende como un león, como una leona: ¿quién lo hará levantar?
El cetro no se apartará de Judá ni el bastón de mando de entre sus piernas, hasta que llegue aquel a quien le pertenece y a quien los pueblos deben obediencia.’ [Génesis 49, 9-10]
‘Pero uno de los Ancianos me dijo: «No llores: ha triunfado el León de la tribu de Judá, el Retoño de David, y él abrirá el libro y sus siete sellos».’ [Apocalipsis
5, 5]
El ‘Señor de los Tiempos’, león de Judá, ‘equinoccial’, visible en la tierra, como en el cielo:
A) ‘profetizado’ al principio (Bereshit, Génesis, Alfa) por el ‘patriarca-padre’ Jacob-Israel, y, muchas palabras, libros, después,
[…]
Z) ‘revelado’ por Juan al final (Apocalipsis, Revelación Omega).
Desconocía la relación de Leo, el signo zodiacal, con la primavera.
Muchas gracias por el regalo de hoy, personalmente rebosante de sugerencias, y perdónenme por extenderme tanto.
Cuánta riqueza – visual e intelectual. La naturaleza – paisaje de lavanda – los textos de la Biblia; el firmamento con las constelaciones, la luna, los planetas; las estaciones. Todo está ahí, creado por el Señor con Cristo en el centro. No puede haber regalos mayores. Alabado sea el Señor.