Paschalis Sollemnitatis

DSC_0118Paschalis Sollemnitatis: Teología/ Espiritualidad / Pastoral / Liturgia / Catequesis

Carta de la Congregación para el Culto Divino
sobre la preparación y celebración de las Fiestas Pascuales

INTRODUCCIÓN
 

  1. La renovación de las celebraciones de la solemnidad de Pascua y de toda la Semana Santa, actuada en un primer momento por Pío XII en 1951 y 1955 respectivamente, fue recibida en general por todas las Iglesias de rito romano con entusiasmo (1).

El Concilio Vaticano II a su vez, sobre todo en su Constitución sobre la Liturgia, puso de nuevo repetidamente en relieve, conforme a la Tradición, el misterio pascual de Cristo, y recordó que de él reciben su fuerza todos los sacramentos y sacramentales (2).

  1. Del mismo modo que la semana tiene su punto de partida y su momento culminante en el domingo, caracterizado siempre por su índole pascual, así el centro culminante de todo el año litúrgico resplandece en el santo Triduo pascual de la Pasión y Resurrección del Señor, que se prepara en el tiempo de Cuaresma y que se prolonga en la alegría de los cincuenta días sucesivos (3).
  1. En muchos lugares del mundo cristiano los fieles y sus pastores valoran la importancia de estas celebraciones y participan frecuentemente en ellas con gran provecho espiritual.

Sin embargo, en algunos países se ha ido atenuando con el pasar del tiempo el entusiasmo y el fervor con que se recibió la instauración de la Vigilia pascual. En algunas partes se ha llegado a perder la misma noción de «vigilia», hasta el punto de haber reducido su celebración a una mera Misa vespertina en cuanto al tiempo y el modo como se suele celebrar la Misa del domingo en la tarde del sábado precedente.

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