La liturgia hispana celebra a María recordando su presencia en la historia de la salvación.
Aparece cada día en los Dípticos -antes de la Plegaria Eucarística; muchos días en oraciones varias; en la Profesión de fe (Credimus); en algunas fiestas, sobre todo el 18 de diciembre y en la solemnidad de la Asunción, etc.
«La liturgia hispano-mozárabe representa una realidad eclesial, y también cultural, que no puede ser relegada al olvido si se quieren comprender en profundidad las raíces del espíritu cristiano del pueblo español….
Ante los grandes desafíos del momento presente, es preciso sacar de sus abundantes tesoros espirituales y culturales una ayuda válida para fortalecer la fe cristiana de vuestras gentes y, al mismo tiempo, una guía segura para orientar la tarea evangelizadora del tercer milenio en sintonía con la espiritualidad de vuestros antepasados y la idiosincrasia del pueblo español».
(S. Juan Pablo II, en el Jubileo del 2000 AD)
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