Los textos de la oración cristiana, la liturgia,
ya «en la Concepción sin mancha de la Virgen, reconocen el inicio de la Iglesia, Esposa sin mancilla de Cristo;
en la Asunción reconocen el principio ya cumplido y la imagen de aquello que,
para toda la Iglesia, debe todavía cumplirse;
en el misterio de la Maternidad la proclaman Madre de la Cabeza y de los miembros:
Santa Madre de Dios y Madre de la Iglesia
(Marialis Cultus, 11)
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Formación sobre la mozarabía:
El islam y la resistencia cristiana