Al recibir la Comunión: cruz y trono

La Iglesia recuerda:

//Al distribuir la sagrada comunión en la mano,
el ministro debe cuidar que
el comulgante la reciba dignamente,
poniendo las manos en forma de cruz,
esperando a que el ministro
deposite la sagrada hostia,
y comulgue delante de él,
evitando así cualquier peligro de profanación
o sacrilegio..
que nadie se aleje
teniendo en la mano las especies eucarísticas.//

Los recién bautizados del siglo IV,
ya recibían la consigna
de tender las dos manos haciendo
«un trono puesto que se va a recibir al Rey»
(5ª catequesis mistagógica de Jerusalén, n. 21: PG 33, col. 1125;
Ch. 126, 171; S. Juan Crisóstomo, Homilía 47: PG 63, col. 898).

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Lo tenemos presente ante la III edición del Misal.

Un cruce de miradas

Zaqueo en el Evangeliario de Brandenburg: Un cruce de miradas

zaqueoDos perícopas para la consagración de una Iglesia (Lc 19,1-10; Lc 6,43-48), cierran la parte de Adviento, que en el Evangeliario de Brandenburg han hallado su lugar al fin de las témporas. El manuscrito pudo realizarse al comienzo del siglo XII y, cuando los premonstratenses abandonaron en 1139 el convento de las Amadas Mujeres de Magdeburg, se lo llevaron junto con otros códices al nuevo monasterio en Dominsel de Brandenburg. En 109 hojas de pergamino se hallan textos de los Evangelios y 18 miniaturas a toda página en dorado.

En el folio 89v se dejó libre un espacio para miniatura inicial. En este folio se ilustra la perícopa del Evangelio (Lc 19,1-10), en cuyas líneas situadas al lado de la imagen se intercambia el rojo y el negro. La escena pone el acento en el momento decisivo en el que la vida de Zaqueo da un giro importante hacia la misericordia: Para poder ver a Jesús en su visita a Jericó, Zaqueo se encarama sobre una higuera de sicomoros. El publicano más importante de la ciudad era pequeño de estatura y busca apoyo en el ramaje del árbol. Jesús entra en escena en la parte más próxima al borde derecho de la hoja y Su cartela ondea frente al hombre: “Zaqueo ¡baja de prisa!” (Lc 19,5). El Señor requiere al publicano y le anuncia: “Hoy tengo que hospedarme en tu casa” (Lc 19,5). En la comida compartida el pecador y publicano se convierte y promete reparar aquello en lo que hubiera sido injusto. Como Lectura para la celebración de la consagración de una Iglesia, el texto promete a los creyentes que el encuentro con Cristo en la Misa aporta salud y salvación.

Sigue leyendo

san Isidoro y la comunión

panEl <Amén> en la Comunión
Isidoro recordaba lo que había ya
enseñado san Ambrosio:
la importancia de la respuesta
del fiel cristiano
al recibir la comunión eucarística.
Hoy la Iglesia recuerda:

//De acuerdo con las enseñanzas de los Padres,
se insistirá en el Amén que pronuncia el fiel,
como respuesta a la fórmula del ministro:
«El Cuerpo de Cristo»;
este Amén debe ser la afirmación de la fe:
<<Cuando te presentas a comulgar,
el sacerdote te dice:
<El Cuerpo de Cristo>.
Y tú respondes:
<Amén>, es decir: <Así es en verdad>.
Lo que la lengua confiesa, la convicción lo guarde>//
(San Ambrosio, De Sacramentis, 4,25; SC 25 bis, 116).

Lo tenemos presente ante la III edición del Misal.

¿Quienes son los cristianos de Siria?

captura-de-pantalla-458En la Basílica de la Concepción
celebran dominicalmente
cristianos sirios presididos
por un Obispo ortodoxo de Siria.

Es un gesto ecuménico de acogida
que habla por sí solo.

Ahora bien,
¿quien son?
¿por qué el cristianismo es tan importante para Siria?
¿por que ellos son tan importantes para nosotros?

Este enlace es un buen principio
para acercarnos al tema:

Quienes son los cristianos siriacos

 

Lucernario

ilumina

La espiritualidad hispana acentúa la importancia
del Oficio vespertino al que denomina:
Lucernarium.

Nos dejamos iluminar por Cristo,
Luz indeficiente,
para iluminar las tinieblas
por las que caminamos.