Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro,
¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!
santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro,
¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!
Esta es, probablemente, la antífona más antigua cantada a María
donde es invocada como Madre de Dios.
Es testimonio más antiguo de esta plegaria se encuentra en Egipto.
La versión latina, cantada en Milán, en el Rito ambrosiano, comienza así:
« Sub tuam misericordiam confugimus, Dei Genitrix ».
Este célebre tropario «Sub tuum praesidium»,
según la versión gregoriana, es «venerable por su antigüedad
y admirable por su contenido» (Marialis Cultus 13).
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El icono es de una gran belleza.
María Jesús, nuestra iconógrafa, podría presentarlo con detalle.
Aprender y enseñar a leer los iconos es una aportación a la cultura.
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Mañana, martes, nos encontramos en la celebración:
es nuestro encuentro semanal más allá del <Domingo>.
