Canto de los redimidos (Ap 19)

 

En el Oficio vespertino -la oración eclesial de las Vísperas-
nos encontramos ante un himno,
tomado del capítulo 19 del Apocalipsis
y compuesto por una secuencia de aleluyas y de aclamaciones.

 

Este himno lleva intercalado el «aleluya»,
palabra de origen hebreo que significa «alabad al Señor»
y que curiosamente dentro del Nuevo Testamento
sólo aparece en este pasaje del Apocalipsis,
donde se repite cinco veces.
Del texto del capítulo 19,
la liturgia romana selecciona solamente algunos versículos.

 

Enseñaba el padre Farnés que este cántico dominical
«es una aclamación a Cristo, Señor victorioso, muy parecida por su estilo a las que, en la antigüedad, se entonaban en honor del emperador.
En el Apocalipsis, estas aclamaciones forman parte de la contemplación profética del hundimiento de la nueva Babilonia, la gran Roma perseguidora de los mártires y figura del mal, y de la victoria del Cordero vencedor.
Nosotros, desterrados también y lejos del reino, celebramos, cada domingo, el triunfo de la humanidad, inaugurado por la resurrección de Jesucristo, y nos sentimos incorporados en este mismo triunfo y partícipes de él, como la esposa asociada a la gloria de su esposo.
Este cántico nos hace participar también, ya en esta vida, de aquella adoración en espíritu y en verdad, de la que viviremos eternamente; y de la cual el domingo es como un anuncio y pregustación».

 

G. M. Pilipovic, Dudas de Tomás

 

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Oramos al encender la luz de la tarde:

 

Te glorificamos, Señor Jesucristo, Dios nuestro y Dueño de todo, y te damos gracias porque con tu victoria pascual has embellecido a tu Esposa, la Iglesia; haz que sepamos alegrarnos siempre en tu triunfo y que un día lo contemplemos, por los siglos de los siglos. Amén.

Tú has entregado la vida por la Iglesia y, con tu sangre, la has embellecido, convirtiéndola en tu Esposa inmaculada y santa, escucha, en la voz de tus fieles, los gemidos del Espíritu y, ya que anhela más ardientemente tu venida, alégranos con tu presencia y con la dulzura de tu amor de Esposo. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

 

 

MMMM

 

MMMM = Mañana, Misa Mozárabe de cada martes…
En esta Pascua podemos invitar algún amigo que no conozca el culto hispano.

 

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Cincuentena Pascual (= Pentecostés) = tiempo bautismal

 

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Para orar en casa con un texto del tiempo de Pascual
al tiempo que encendemos las luces:

Oh Dios bendito,
Padre universal y creador de todo lo que existe:
que impones a cada naturaleza una ley inmutable,
quedando tú mismo libre de la ley natural;
que das muerte a la muerte,
debilitas al diablo,
aniquilas el mal,
otorgas la santidad,
realizas la inmortalidad,
destierras la enfermedad
y adaptas tu inmensidad acogedora
a la santidad de tus almas fieles.

Que para erradicar los errores de este mundo
y confundir a toda criatura de maligno poder
quisiste que tu Palabra,
fuerza y sabiduría, nuestro Dios y Señor Jesucristo tu Hijo,
fuera partícipe de nuestra carne caduca.
Por su medio te damos gracias
por este tiempo de Pascua verdadero y acabado,
perfeccionado con su Pasión preciosa
para salvación del género humano;
en el que él bajó a los infiernos,
venció a la muerte,
confundió al diablo
y abrogó las leyes del Tártaro,
con el fin de corresucitar en su humanidad,
de la que se había separado por la muerte,
a la realidad de toda carne
que en él mismo había sido regenerada.

Por lo cual, Padre omnipotente,
haz que nosotros,
proclamando santo este tiempo para la posteridad
y memorable para las generaciones,
lo celebremos no en la amargura de los vetustos ácimos,
ni en el fermento de la anterior malicia,
sino bajo el nuevo y puro rocío de la inocencia renacida,
siendo libres y regenerados, santificados y coronados.
R/. Amén.

 

III Domingo de Pascua 2021

 

Textos de la misa en Rito Hispano-Mozárabe (III Pascua):
 

 

 

Bendición de este domingo pascual:

 

La cruz de nuestro Señor Jesucristo sea vuestra exaltación.
R/. Amén.
Su sangre permanezca en vosotros como redención efectiva.
R/. Amén.
Y su resurrección sea para vosotros luz sempiterna.
R/. Amén.
Por la misericordia de Dios, nuestro Dios, que es bendito y vive y todo lo gobierna por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

 

 

¿Dónde naciste de nuevo?
El tiempo pascual es un tiempo adecuado para
hacer una peregrinación al lugar de tu Bautismo.
Esta costumbre forma parte de nuestra espiritualidad cristiana.

 

María, «tipo» o figura de la Iglesia

Aparición del Resucitado a su Madre: una tradición hispana

 

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“Contemplando a María, la Toda Santa,
ya glorificada en cuerpo y alma,
la Iglesia ve en ella
lo que la propia Iglesia está llamada a ser sobre la tierra
y aquello que será en la patria celestial”. 

 
Compendio del Catecismo, n. 199 

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II CONGRESO MOZÁRABE (Córdoba)

 

 

20 h. Solemne Lucernario al inicio del DOMINGO (Mezquita-Catedral de Córdoba)
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Comienza hoy
el II Congreso Mozárabe en Córdoba

Ofrenda del incienso en el Lucernario (oración de la tarde) en el I Congreso Mozárabe de Córdoba (2017).
Preside el Arzobispo metropolitano de Sevilla, Mons. Asenjo.
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El encuentro tendrá lugar en Córdoba desde hoy 15 al 18 de abril de 2021
y, como ya ocurriera en la primera edición del congreso (2017),
contará con la presidencia de honor de la reina Sofía.

 

PROGRAMA:

Programa interactivo

Desde que a mediados del siglo XIX Francisco Javier Simonet publicara su Historia de los mozárabes en España -una obra tan valiosa como polémica- la historia de los cristianos sometidos al Islam ha sido interpretada desde dos visiones claramente antagónicas. Por un lado, los que siguiendo a Simonet vieron en los mozárabes los sostenedores de la esencia y los valores culturales de los españoles. Enfrente, aquellos que los han desacreditado, acusándolos de formar parte de una comunidad fosilizada incapaz de hacer frente a la nueva realidad histórica que desde comienzos del siglo VIII se implantó en la Península Ibérica.

Es indudable que esta imagen negativa se ha forjado sobre la idealización del pasado andalusí y la visión maniquea de la existencia de dos sociedades: la tolerante y culta musulmana, y la de los fanáticos y retrógrados mozárabes. Sin embargo, la publicación en las últimas décadas de bastantes trabajos sustentados en el hallazgo de nuevas fuentes históricas o en la relectura cuidadosa de antiguos escritos ha supuesto una novedosa visión de la minoría cristiana en al-Andalus que intentó conciliar su pasado hispanogodo con la adopción de ciertos elementos de la cultura islámica.

A partir de estas nuevas aportaciones y desde diferentes perspectivas, en este II Congreso Internacional sobre Historia de los Mozárabes se va a reflexionar sobre su identidad y papel en la historia andalusí. Junto a esta mirada al pasado, se destacará la herencia viva de la liturgia mozárabe, así como la presente situación de las actuales comunidades cristianas perseguidas.

La elección de Córdoba como lugar de celebración no es una cuestión baladí ni caprichosa, pues la comunidad e iglesia mozárabe tuvo singular vigor en la antigua Bética y, sobre todo, en la capital del estado andalusí. Desde aquí y otras ciudades como Toledo, los mozárabes se enfrentaron con especial ahínco al poder Omeya.

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Influencias en nuestra liturgia

Misa del 18 dic 2018 fiesta de Santa María
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“Los liturgistas coinciden en afirmar
que nuestra primitiva liturgia aglutinó influencias
sirias, norteafricanas, milanesas, romanas, galicanas, célticas, etc.”

 

Artemio M. Martínez Tejera,
La arquitectura cristiana de los siglos V-VI 
en
Hispania: entre la ‘oficialización’ y la ‘expansión’, en
El Tiempo de los “Bárbaros”.
Pervivencia y transformación en Galia e Hispania (ss. V y VI D.C.),
Museo Arqueológico Regional, Alcalá de Henares 2010, 223.

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Audición al encendido de las velas para la oración:

 

«Aleluya» en 1:48:38

 

 

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Mañana, comienza el II CONGRESO de CULTURA MOZÁRABE:

 

 

MMM= Misa Mozárabe del Martes

 

Hoy, martes, celebramos la Misa en Rito Hispano-Mozárabe:
san Hermenegildo, príncipe visigodo (+ 585).

 

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Cincuentena pascual: tiempo bautismal

 

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Textos en latín

 

 

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«Les mostró las manos y el costado…» (Jn 20,19ss)

 

«Las cicatrices manifestaban a Aquel que había sanado todas las heridas en los otros.
¿No podía, acaso, resucitar el Señor sin las cicatrices?
Sí, pero conocía las heridas existentes en el corazón de sus discípulos
y para sanar éstas había mantenido aquéllas en su cuerpo.
¿Y qué dijo el Señor a quien le había confesado y dicho «Señor mío y Dios mío»?
«Porque me has visto, has creído; dichosos quienes no ven y creen» (Jn 20,25-29).
¿A quién se refería, hermanos, sino a nosotros?
No porque íbamos a ser los únicos, sino porque íbamos a venir detrás»
(san Agustín, Sermón 88, 2).

 

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MARTÍNEZ TEJERA, A. M. (2006):

“Las construcciones cristianas de la Antigüedad Tardía en la Comunidad de Madrid (siglos IV-VII): una arquitectura por descubrir”.
Zona Arqueológica nº 8. (“La investigación arqueológica de la época visigoda en la Comunidad de Madrid”). Vol. III, La Cultura Material,
Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, Alcalá de Henares: 664-683.

 

El Credo del pueblo de Dios:
una lectura pascual sosegada

Preparando la celebración de la Misa moz. en san Julián de los Prados (Oviedo)

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En la noche santa de Pascua
hemos profesado solemnemente
la FE de la Iglesia
contenida en el Símbolo, el Credo.
Recordemos la enseñanza de san Pablo VI, Papa,
en el Credo del Pueblo de Dios:

 

Creemos en un solo Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Creador de las cosas visibles –como es este mundo en que pasamos nuestra breve vida– y de las cosas invisibles –como son los espíritus puros, que llamamos también ángeles– y también Creador, en cada hombre, del alma espiritual e inmortal.

 

 

Creemos que este Dios único es tan absolutamente uno en su santísima esencia como en todas sus demás perfecciones: en su omnipotencia, en su ciencia infinita, en su providencia, en su voluntad y caridad.
Él es el que es, como él mismo reveló a Moisés; él es Amor, como nos enseñó el apóstol Juan: de tal manera que estos dos nombres, Ser y Amor, expresan inefablemente la misma divina esencia de aquel que quiso manifestarse a sí mismo a nosotros y que, «habitando la luz inaccesible», está en sí mismo sobre todo nombre y sobre todas las cosas e inteligencias creadas. Sólo Dios puede otorgarnos un conocimiento recto y pleno de sí mismo, revelándose a sí mismo como Padre, Hijo y Espíritu Santo, de cuya vida eterna estamos llamados por la gracia a participar, aquí, en la tierra, en la oscuridad de la fe, y después de la muerte, en la luz sempiterna.
Los vínculos mutuos que constituyen a las tres personas desde toda la eternidad, cada una de las cuales es el único y mismo Ser divino, son la vida íntima y dichosa del Dios santísimo, la cual supera infinitamente todo aquello que nosotros podemos entender de modo humano.
Sin embargo, damos gracias a la divina bondad de que tantísimos creyentes puedan testificar con nosotros ante los hombres la unidad de Dios, aunque no conozcan el misterio de la Santísima Trinidad.

 

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In Octava Paschæ 

Iványi-Grünwald Béla, Dudas de Tomás

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La celebración de la Pascua se continúa durante el Tiempo Pascual. Los cincuenta días que van desde el Domingo de Resurrección al Domingo de Pentecostés se celebran con alegría, como un sólo día festivo, más aún, como el “gran Domingo”.

Los domingos de este tiempo han de ser considerados y llamados “domingos de pascua” y tienen precedencia sobre cualquier fiesta del Señor y cualquier solemnidad.

Para los adultos que han recibido la Iniciación cristiana durante la Vigilia Pascual, este tiempo ha de considerarse como un tiempo de “mistagogia”.

Los neófitos, los recién bautizados en Pascua, tienen reservado un lugar especial entre los fieles durante todo el tiempo pascual en las misas dominicales. Los neófitos procuren participar en las misas junto con sus padrinos. En la homilía y, en cuanto sea posible, en la plegaria universal o de los fieles, se hace mención de ellos.

Es muy conveniente que los niños reciban su Primera Comunión en estos domingos pascuales.

Se ha de recordar y explicar en la catequesis, durante el Tiempo Pascual, el sentido del precepto de la Iglesia según el cual los cristianos que ya han hecho su primera comunión han de recibir la Eucaristía en este tiempo.

Se encarece que durante el período pascual y especialmente durante la semana de Pascua, se lleve la comunión a los enfermos.

(Cf. Fiestas Pascuales, nn. 100ss)

Textos de la misa en Rito hispano-mozárabe:

Textos propios de la Misa en la Octava de Pascua (Año I)

Para rezar hoy en familia:

Subsidio para el rezo en familia en el II Domingo de Pascua

Tierra Santa:

La Custodia en cifras

«La misericordia del Señor llena la tierra» (cf. Sal 33,5; 119,64)

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