Reflexión tranquila en el verano…

 

1. Toma tiempo para ti y haz revisión de vida.

2. ¿Cómo ha sido mi vida hasta ahora?

3. ¿De qué lado estoy? ¿Del de aquellos que están bien en la vida, o del lado de los que tienen alguna necesidad, de los que necesitan una palabra de consuelo, de quien es pobre y sufre?

4. ¿Cuál es mi opción fundamental? ¿Ser feliz por todos los medios? ¿Acumular bienes materiales? ¿Conseguir “estatus” social? ¿O ser bueno, comprensivo, dispuesto a ayudar y apoyar a quienes están en peor situación?

5. ¿Puedo tolerar los límites de los demás, a los aburridos, controlarme para no responder a las tonterías que escucho? ¿Puedo dejarlo pasar?

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San Lorenzo, diác.

El santo diácono es celebrado en la liturgia hispano-mozárabe
(p. e. calendario mozárabe de Córdoba, Calendario de Silos 3, et.)

 

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Hoy recordamos a san Lorenzo
con esta magnífica catequesis del Hispalense
sobre los diáconos:

<El orden de los diáconos dio comienzo en la tribu de Leví. Mandó el Señor a Moisés que, después de la ordenación de Aarón como sacerdote y de sus hijos, de nuevo estableció que la tribu de Leví fuera elegida para el ministerio del culto divino y se consagrasen al Señor en sustitución de todos los primogénitos, y que sirviesen en el tabernáculo de dios en nombre de Israel, ante Aarón y sus hijos, vigilando en el templo día y noche que fuesen ellos los portadores del arca, del tabernáculo y de todos los vasos sagrados, que levantasen su campamento en torno al tabernáculo, que, en el traslado del tabernáculo, fuesen ellos los que lo desmontasen y de nuevo lo montasen (Núm. 3, 5-26).

 

Desde los veinticinco años arriba (Núm. 8, 24), se les manda servir en el tabernáculo, y tal regla la institucionalizaron los Santos Padres, apoyados en el Nuevo Testamento. En el Evangelio, cuando comenzaron, nos dicen esto los Hechos de los Apóstoles: <Los Doce Apóstoles convocaron la muchedumbre de los discípulos y dijeron: No es aceptable que abandonemos nosotros la predicación de la palabra de Dios y nos dediquemos a servir las mesas. ¿Qué os parece, hermanos? Escoged entre vosotros a siete varones de buena reputación, llenos del espíritu de sabiduría, a quienes encargaremos esta misión. Nosotros nos entregaremos a la oración y a la predicación de la palabra, y pareció bien a la asamblea la propuesta y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe y Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y a Nicolás, prosélito antioqueno. Los siete comparecieron ante los Apóstoles, y después de orar, les impusieron las manos. Crecía la palabra de Dios y se multiplicaba el número de los creyentes> (Act. 6,2-7).

 

Desde entonces decretaron los Apóstoles, o los sucesores de los Apóstoles, que sirviesen en todas las iglesias siete diáconos, constituidos en grado superior al resto, cerca del ara de Cristo, como columnas del altar. Y, no sin cierto misterio, fueron elegidos en número de siete. Son éstos de los que habla el Apocalipsis como de siete ángeles que tocan trompetas. Son los siete candelabros de oro. Sus voces como truenos. Éstos son los que, con voz sonora, a manera de pregoneros, avisan a todos los asistentes, ya sea para orar, ya para arrodillarse, o para cantar, o para que atiendan a las lecturas. Ellos son los que anuncian que levantemos los oídos a Dios y, además, evangelizan. Sin ellos, el sacerdote goza del nombre, pero no de la función.

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Edith Stein/
Teresa Benedicta de la Cruz, patrona de Europa 

Icono de la santa mártir en el monasterio de Maria Laach (Alemania)

 

Homenaje a Edit Stein en su estancia en el Carmelo de Echt (Países Bajos)

El carmelo de Echt (Franco Battiato)

Texto de la canción en italiano con traducción al español.

 

En los textos del Misal restaurado por el Concilio Vaticano II, «vemos cómo los grandes temas marianos de la eucología romana —el tema de la Inmaculada Concepción y de la plenitud de gracia, de la Maternidad divina, de la integérrima y fecunda virginidad, del «templo del Espíritu Santo», de la cooperación a la obra del Hijo, de la santidad ejemplar, de la intercesión misericordiosa, de la Asunción al cielo, de la realeza maternal y algunos más— han sido recogidos en perfecta continuidad con el pasado, y cómo otros temas, nuevos en un cierto sentido, han sido introducidos en perfecta adherencia con el desarrollo teológico de nuestro tiempo».

(Marialis cultus, 11)

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Domingo del pan de vida II:
XIX del tiempo durante el año / cotidiano

Altar en el Sanctuarium de la parroquia mozárabe santa Eulalia (Toledo).

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«El primer día de la semana  
resucitó nuestro Señor de la región de los muertos… 
El primer día de la semana  
aparecerá al final de los tiempos con los ángeles del cielo». 
(Doctrina siriaca de los Apóstoles)

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ORANDO con el Evangelio:
Juan 6, 24-51

 

Lis visigótica (Museo de Sevilla)

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Formación cristiana en verano:

 

Este es año santo josefino, compostelano y dominicano

 

Mañana, domingo, es la fiesta de santo Domingo de Guzmán, «un hombre que vive con alegría en la mesa en comunión con sus hermanos, reunidos en la misma vocación de predicar la Palabra de Dios».
Nació en Caleruega (Burgos) en 1170; profesor del Estudio General de Palencia y, luego, Canónigo Regular en la Catedral de Osma (Soria).
Para remediar los males que la ignorancia religiosa producía en la sociedad, en 1215 establece en Tolosa (Francia) la primera casa de su Orden de Predicadores. Tres años más tarde lo encontramos en Madrid estableciendo una comunidad. Con su Orden perfectamente estructurada y más de sesenta comunidades en funcionamiento, agotado físicamente, tras breve enfermedad, murió el 6 de agosto de 1221, a los cincuenta y un años de edad, en el convento de Bolonia (Italia), donde sus restos son venerados.
Los dominicos celebran un Año Jubilar por los 800 años de la muerte de Santo fundador.

 

 

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Hoy, la diócesis de Madrid celebra a los mártires de Complutum (Alcalá romana): Justo & Pastor.

 

Bendición en una celebración hispana presidida por el obispo complutense.

 

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María yacente en la Colegiata de san Isidro, Madrid

 

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Transfiguración del Señor

 

Meditación sobre el misterio de la Transfiguración del P. Cantalamessa:

El segundo domingo de Cuaresma siempre se lee el episodio de la Transfiguración como preparación a la Pascua.
En Armenia y Siria esta fiesta o misterio luminoso se celebraba ya en el s. IV y V, respectivamente.
En Bizancio en torno al año 900.
En este mismo siglo X, la fiesta cristofánica aparece en España en el Martirologio de Vich.
El Papa Celestino III la introduce en el calendario general como recuerdo de la victoria sobre los otomanos del 22 julio 1456: batalla de Belgrado (Serbia) que «decidió el destino de la Cristiandad».
Una costumbre del día 6 de agosto era la bendición de las uvas (benedictio uvarum).

 

LECTURA: Marcos 9, 1-8 y par.

 

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La Dedicación de la Basílica de Santa María, en Roma

Oramos con los ojos:
María y Tomás,
el ángel que eleva a María,
el sepulcro que huele a rosas…
Un lenguaje poético para explicar el misterio que vamos a celebrar.

 

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En Oriente, hay Doce Grandes Fiestas a lo largo del año de la iglesia, sin contar Pascua, que está por encima de los demás días festivos. Estas son fiestas que celebran grandes eventos históricos en las vidas de Jesucristo o su Madre.

Tres están en el ciclo pascual:

Domingo de Ramos (el domingo antes de Pascua)
Ascensión (cuarenta días después)
Pentecostés (cincuenta días después)
Las otras grandes fiestas están en el ciclo fijo (según los calendarios juliano y gregoriano):
Natividad de Theotokos – 21 de septiembre (8 de septiembre)
Elevación de la Santa Cruz – 27 de septiembre (14 de septiembre)
Presentación de Theotokos – 4 de diciembre (21 de noviembre)
Natividad del Señor – 7 de enero (25 de diciembre)
Teofanía del Señor – 19 de enero (6 de enero)
Presentación del Señor – 15 de febrero (2 de febrero)
Anunciación – 7 de abril (25 de marzo)
Transfiguración – 19 de agosto (6 de agosto)

Dormición de Theotokos – 28 de agosto (15 de agosto).

La última gran fiesta para los cristianos orientales, tanto católicos como ortodoxos, es la Dormición o Asunción, pues el año litúrgico bizantino comienza en septiembre. También, popularmente, en la España mozárabe el año comenzaba a computarse en septiembre, como hacemos ahora con cada nuevo curso escolar.
Nosotros, en Occidente, seguimos desde octubre de 1582 el calendario astronómico que debe su nombre al papa Gregorio XIII.
Muchos cristianos de Oriente siguen con el cómputo antiguo de Julio César.

 

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San Juan Mª Vianney,
Cura de Ars

 

Hoy oramos por nuestros pastores:
los párrocos de nuestras comunidades.
Hacemos extensiva nuestra plegaria de intercesión
por todos los ministros del Señor y de su Iglesia.

 

 

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María asunta entrega a Tomás su cinturón (antigua leyenda cristiana)
mientras el resto del Colegio apostólico ora ante el sepulcro vacío de la Virgen en Getsemaní.
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La solemnidad de la Dormición de la Theotokos es celebrada el día 15 de agosto, precedida por un ayuno de dos semanas en todo Oriente.
Esta fiesta, llamada en Occidente “Asunción” celebra el tránsito de la Madre de Dios, seguida de su resurrección y glorificación en Cristo.

Proclama que María vive ya el Reino de su Hijo en la plenitud de su existencia espiritual y corporal.

Como la Natividad de María, en septiembre, y la fiesta de su Entrada al templo, en noviembre, no existen fuentes históricas o bíblicas para esta fiesta; son celebradas, desde antiguo, por la liturgia de la Iglesia (la Tradición eclesial).

 

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Santa Lydia de Tiatira,
primera cristiana de Europa

En honor a esta gran mujer
podemos leer del Nuevo Testamento:
Hechos 16, ministerio de Pablo en Filipos.
Rezamos por las mujeres de toda Europa
y recordamos el papel de algunas mujeres
en el Antiguo Testamento:
Sara, Rebeca, Raquel y Lea -matriarcas bien conocidas-
fueron más que ayudantes de sus esposos.
La presencia de la jueza Débora fue trascendental para el ejército de Israel (Jueces 4:4).
¿Recordamos a Yael cuyo mosaico adorna
la cripta de la Basílica de la Dormición en Jerusalén?
Hay cinco profetisas en la Biblia hebrea:
Miriam (Éxodo 15:20), Débora, Hulda (2 Reyes 22:14), Noadias (Nehemías 6:14) y una mujer anónima (Isaías 8:3).

¿Sabías que algunas mujeres participaron en la reconstrucción de los muros de Jerusalén (Nehemías 3:12), construyeron ciudades (1 Crónicas 7:24); estuvieron presentes en las fiestas judías (Deuteronomio 12:12) y en los sacrificios (Deuteronomio 12:18)?

¿Podemos olvidarnos de Rahad, antigua prostituta de Jericó o de Rut, la moabita?
La lista sigue con otras santas mujeres del Nuevo Testamento…

 

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Es este uno de los cuatro períodos dedicados, en las Iglesias de Oriente, a la oración y a la abstinencia.
Durante estas dos semanas de ayuno -del 1 al 14 de agosto- los cristianos de los Ritos orientales se preparan con oración intensa para celebrar la Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo y la Dormición de la Santísima Virgen María, festividades celebradas cada año los días 6 y 15 de agosto, respectivamente.

 

Este mosaico siciliano de la Basílica Martorana (Palermo)
nos puede ayudar a meditar, fijándonos
tanto en los personajes como en los detalles.

 

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FORMACIÓN:

Explicación del Templo de Salomón 
(en inglés / se pueden poner subtítulos en español) 

 

San José, en este año 2021

Sueño de san José en un Evangeliario en lengua árabe

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El calendario copto recuerda hoy
al santo esposo de María, José el Justo.
En comunión con los cristianos de Egipto meditamos estas palabras del Papa:

«Con corazón de padre: así José amó a Jesús, llamado en los cuatro Evangelios «el hijo de José».

Los dos evangelistas que evidenciaron su figura, Mateo y Lucas, refieren poco, pero lo suficiente para entender qué tipo de padre fuese y la misión que la Providencia le confió.

 

Sabemos que fue un humilde carpintero (cf. Mt 13,55), desposado con María (cf. Mt 1,18; Lc 1,27); un «hombre justo» (Mt 1,19), siempre dispuesto a hacer la voluntad de Dios manifestada en su ley (cf. Lc 2,22.27.39) y a través de los cuatro sueños que tuvo (cf. Mt 1,20; 2,13.19.22). Después de un largo y duro viaje de Nazaret a Belén, vio nacer al Mesías en un pesebre, porque en otro sitio «no había lugar para ellos» (Lc 2,7). Fue testigo de la adoración de los pastores (cf. Lc 2,8-20) y de los Magos (cf. Mt 2,1-12), que representaban respectivamente el pueblo de Israel y los pueblos paganos.

Tuvo la valentía de asumir la paternidad legal de Jesús, a quien dio el nombre que le reveló el ángel: «Tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1,21). Como se sabe, en los pueblos antiguos poner un nombre a una persona o a una cosa significaba adquirir la pertenencia, como hizo Adán en el relato del Génesis (cf. 2,19-20).

En el templo, cuarenta días después del nacimiento, José, junto a la madre, presentó el Niño al Señor y escuchó sorprendido la profecía que Simeón pronunció sobre Jesús y María (cf. Lc 2,22-35). Para proteger a Jesús de Herodes, permaneció en Egipto como extranjero (cf. Mt 2,13-18). De regreso en su tierra, vivió de manera oculta en el pequeño y desconocido pueblo de Nazaret, en Galilea —de donde, se decía: “No sale ningún profeta” y “no puede salir nada bueno” (cf. Jn 7,52; 1,46)—, lejos de Belén, su ciudad de origen, y de Jerusalén, donde estaba el templo. Cuando, durante una peregrinación a Jerusalén, perdieron a Jesús, que tenía doce años, él y María lo buscaron angustiados y lo encontraron en el templo mientras discutía con los doctores de la ley (cf. Lc 2,41-50).

Después de María, Madre de Dios, ningún santo ocupa tanto espacio en el Magisterio pontificio como José, su esposo. Mis predecesores han profundizado en el mensaje contenido en los pocos datos transmitidos por los Evangelios para destacar su papel central en la historia de la salvación: el beato Pío IX lo declaró «Patrono de la Iglesia Católica», el venerable Pío XII lo presentó como “Patrono de los trabajadores” y san Juan Pablo II como «Custodio del Redentor». El pueblo lo invoca como «Patrono de la buena muerte»».

(Papa Francisco) 

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