(Mt 28,19-20; cf. Mc 16,15-16).
(Mt 28,19-20; cf. Mc 16,15-16).
Hoy comenzamos a leer el libro de Samuel, el último de los jueces de Israel y primer profeta.
Recordamos por nuestras nociones de “Historia sagrada” que los jueces fueron los jefes que tuvo el Pueblo elegido tras su entrada en la tierra de Canaán.
En la catequesis se nos repetía algunos de sus nombres: Gedeón, Sansón, Débora y Samuel;
así hasta doce, como las tribus de Israel y, luego, como los apóstoles del Cordero.
Entre ellos destacan Gedeón, Sansón, Débora y Samuel.
Gedeón, el valiente, venció a los madianitas con sólo 300 hombres con lámparas y cántaros.
El signo del vellocino (zalea del carnero o toison, cf. Jueces 6,36-40) es cantado en la liturgia.
Sansón, célebre por su fuerza: vencedor del león y de los filisteos;
traicionado y privado de sus siete trenzas cayó en poder de los filisteos, aunque murió destruyendo el templo del dios Dagón.
Débora, la gran mujer que administraba justicia, sentada bajo una palmera, entre Ramá y Betel.
Samuel, de la tribu de Levi, ungió a Saúl, primer rey de los israelitas, y, luego, a David.
Otoniel, Yael o Seila son nombres -con historias concretas- que nos descubre el escrito sagrado.
Podemos recordar más leyendo en nuestra Biblia el libro de los Jueces.
En 2022 se prolonga el Año Santo Compostelano
Mañana se celebra la misa en Rito hispano
en la Basílica de la Concepción de Ntra. Sra. / Madrid (19 h.)
Retomamos el «Tiempo durante el año» con la Epifanía
o Manifestación en el Jordán:
se oye la voz del Padre,
el Siervo Jesús es ungido con el poder del Espíritu
y las aguas son santificadas.
CONTEMPLATIO:
Guiados por el brillo de una estrella
los Magos dejan su país lejano,
y buscan con su luz la luz divina
hasta encontrar a Dios y confesarlo.
El cándido Cordero de los cielos
toca las ondas del sagrado río,
y en sus aguas nos limpia de las faltas
de que Él está perfectamente limpio.
Por un milagro del poder más alto
el agua en las vasijas se enrojece
y, dócil al mandato soberano,
en verdadero vino se convierte.
Glorificado seas, Jesucristo,
que te manifestaste a los gentiles,
y que en unión del Padre y del Paráclito
en todo sitio y todo tiempo existes.
***
Con el vino de Caná, recordamos hoy
que la gloria del Señor se manifiesta
en la multiplicación de los panes:
prefiguración del banquete eucarístico.
El Rito hispano contempla en la Epifanía cuatro manifestaciones del Señor:
a los Magos, en el Jordán, en el Bautismo y en la multiplicación de los panes.
El Rito romano, renovado después del Concilio Vaticano,
ha recogido esta gran tradición de las diversas epifanías
en los días que siguen al seis de enero.
Hoy, en concreto, el tema aludido es la multiplicación de los panes (Mc 6, 34ss).
LECTURAS: 1 Epístola de san Juan cap. 4; Mateo 6,34ss.
En el calendario romano celebramos los días de Epifanía.
Hoy se contempla la «manifestación» de Jesús
en la predicación del Reino.
Leemos: Mateo 4, 12-25.
«El día de la Epifanía lo declararon los Apóstoles fiesta solemne,
porque en él fue dado públicamente a conocer el Salvador, por medio de una estrella,
cuando encontraron las Magos a Cristo recostado en el pesebre,
adorándole y ofreciéndole regalos, propios de la Trinidad:
oro, incienso y mirra (cf. Mt 2, 1ss; Lc 2,16),
como rey, como Dios, como hombre mortal.
Consagraron este día con celebración anual, para que reconozca el mundo al Señor
al que dieron a conocer los elementos desde el cielo.
Asimismo, en ese mismo día Jesús fue ungido con el bautismo en el Jordán
y, rasgados los cielos, descendió el Espíritu Santo,
declarando que Jesús era el Hijo de Dios.
A este día se le llama Epifanía,
porque en él, Cristo se manifestó a los gentiles.
Epifanía es palabra griega
que en latín se traduce por aparición o manifestación.
Por tres razones recibió ese día este nombre:
porque en su bautismo Cristo fue presentado a los pueblos,
también porque en ese día fue anunciado a los Magos por una estrella,
asimismo, porque fue manifestado a muchos por su primer milagro:
el agua convertida en vino.
Refiere Casiano que, entre los egipcios, la solemnidad de la Natividad y de la Epifanía no se celebran en fechas distintas, como ocurre en Occidente, sino en una única festividad. Y en ella se envían cartas del patriarca de Alejandría a todas las iglesias y monasterios de Egipto, en las que se les da a conocer el comienzo de la Cuaresma y la fecha de la Pascua.»
Isidoro, Los Oficios de la Iglesia, XXVII
El día de la Pascua en Epifanía
según la traducción del <Anuncio Pascual Visigótico-mozárabe>.
Queridos hermanos:
En la revelación
del nacimiento corporal de Nuestro Señor Jesucristo,
y ante tantos signos de su presencia,
os anunciamos la solemnidad de la Pascua.
Así, pues, amados hermanos
que os habéis reunido en la iglesia de Dios
para celebrar el día
de la Aparición del Señor Nuestro, Jesucristo,
tened presente su Muerte gloriosa.
En este año de 2022 la santa Cuaresma
inicia el 2 de marzo.
El jueves de la Cena del Señor, 14 de abril,
inician los misterios
de la Gloriosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
Ante esto, os exhorto hermanos,
a que pongamos empeño en llevar desde ahora
una vida honrada y religiosa, casta y sobria,
para que merezcamos llegar
a la santa solemnidad de la Resurrección
sin pecado y abundando en buenas obras.
Purifiquémonos de los malos deseos
del cuerpo y del espíritu.
Por la confesión de los pecados
alejemos el castigo del Señor.
Evitando caer en las antiguas faltas
acojámonos a su misericordia
abrazando con sincero corazón la concordia:
para que los misterios de la santísima Pasión
nos hagan partícipes de la Resurrección del Señor.
Que a su vuelta
no encuentre en nosotros nada que reprochar
sino que nos halle preparados
para recibir la corona de gloria.
Él, clemente y misericordioso
que vive con el Padre
y reina con el Espíritu Santo,
un sólo Dios por los siglos de los siglos.
Amén. Aleluya.
***
Señor, tú que iluminas
el alto imperio de los rutilantes cuerpos celestes,
vida, luz y verdad, paz y sosiego,
muéstrate ahora a los que te invocamos.
Consagraste este día
de grandiosos misterios:
el Bautismo recuerda las aguas del Jordán,
contenidas un día por tu mano.
La estrella solitaria que, brillando en el cielo,
señala el parto de la Virgen Madre
en cuyos brazos hallarán los Magos
el Niño que buscaban.
O aquel olor de vino generoso,
que se escapa de las prietas tinajas,
llenas hasta los bordes
del agua de la fuente.
Bien sabía el sirviente al escanciarlo,
que él no lo había puesto: -color, olor, sabor-,
y es el propio elemento el que se extraña
de que le den un uso que no es suyo.
Como aquel alimento que crecía
en la boca de cinco mil hombres,
mientras solo cinco panes
eran repartidos entre ellos.
Cuanto más se repartía,
más abundaba el pan
y al ver esto se admiraban
de la fuente secreta de la que manaba.
Entre las manos de los que lo parten
el pan fluye abundante:
intactos, los pedazos que no partieron,
manan para los hombres.
Acuérdate, autor de nuestra gracia,
que al nacer,
en el seno de la virgen María,
tomaste nuestra propia figura corporal.
Gloria a ti, Señor,
que has nacido de la Virgen,
con el Padre y el Espíritu Santo,
por los siglos sempiternos. Amén.
(Inluminans Altissimum, himno atribuido a S. Ambrosio
cantado en la liturgia hispana en la fiesta de Epifanía)
Orando por China
y escribiendo en las puertas de nuestras casas:
Christus mansionem benedicat in 2022.
Caspar, Melchior et Balthasar.
La Misa para dar gracias a Dios y para pedir el don de su Espíritu
se celebra HOY en la parroquia de san Jerónimo el Real.
Preside el Arzobispo de Toledo y Superior del Rito Hisp-Moz.,
el Rvdmo. Padre Francisco Cerro Chaves.
Lugar: C/ Moreto 4 Madrid 28014 HORA: 7 tarde.
Unas pinceladas sobre la liturgia de los godos conservada por los mozárabes:
«La liturgia hispánica se fundamenta en un sustrato litúrgico procedente de dos vías:
el norte de África, transmitido por la dispersión evangelizadora,
y la escuela eucológica romana, que aportó diversidad a los textos.
Las principales características de esta liturgia son
unas oraciones muy desarrolladas -generalmente dirigidas a Cristo-
y la variabilidad de los fragmentos de la plegaria eucarística.
El oficio divino estaba dividido en dos horas claves:
las horas ad matutinum y
las horas ad vesperum.
Analizando las fuentes litúrgicas del rito hispánico
se encuentran dos focos geográficos principales:
la escuela toledana, con la participación de los obispos Eugenio II, Ildefonso o Julián; y
la escuela sevillana en la que destacan las figuras de Leandro de Sevilla o San Isidoro».
Ángel Pazos-López
***
El nombre de Jesús, dado por el ángel en el momento de la Anunciación [Lc 1,31], significa «Dios salva».
Expresa, a la vez, su identidad y su misión, «porque él salvará al pueblo de sus pecados» (Mt 1, 21).
El apóstol Pedro afirma que «bajo el cielo no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos» (Hch 4, 12).
A José le debemos la imposición del nombre Jesús a nuestro Señor (Mt 1, 25).
La liturgia hispano-mozárabe celebra el día 3 de enero a san José;
de esta manera, el Custodio del Redentor se vincula, celebrativamente, con el tiempo navideño.
El que todos creían hijo de José fue llamado Cristo.
«Cristo», en griego, y «Mesías», en hebreo, significan «ungido», en español.
Jesús es el Cristo porque ha sido consagrado por Dios,
ungido por el Espíritu Santo para la misión redentora.
Él es el Mesías esperado por Israel y enviado al mundo por el Padre.
Jesús ha aceptado el título de Mesías, precisando, sin embargo, su sentido:
«bajado del cielo» (Jn 3, 13), crucificado y después resucitado;
Él es el siervo sufriente «que da su vida en rescate por muchos» (Mt 20, 28).
Del nombre de Cristo nos viene el nombre de <cristianos>.
Para la lectura espiritual:
El domingo dentro de la octava de Navidad es una oportunidad
para profundizar con tranquilidad en el misterio.
Podemos leer en nuestras biblias: Juan 1, 1ss
Os bendiga el Señor Jesucristo que tiempo atrás
en un día como este apareció glorioso a los pastores
en un pesebre.
Que os proteja y defienda en todo Él,
que por vosotros misericordiosamente se hizo niño.
Y quien es vuestro creador y redentor,
os preserve siempre de todo mal.
Bendición hisp-moz del día de Navidad
«Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad»
Salmo del domingo:
Para la oración nocturna dominical