Mateo hace la solemne presentación de Juan Bautista,
el profeta habitante del desierto y penitente.
Casi a manera de oda cita solemnemente el texto de Isaías.
El precursor predica la conversión y bautiza.
Sin embargo, el bautismo que practica no es el definitivo,
es preparación para recibir a Aquél que bautizará con el don del Espíritu Santo.
Dejemos en este domingo de Adviento
que la Voz del austero profeta resuene durante todo el tiempo de Adviento
en los desiertos de nuestra vida
y preparemos el camino por donde el Señor debe pasar y entrar en nuestra vida.
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El petirrojo está asociado a la iconografía popular de este tiempo ¿Conoces la razón?
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