A la Natividad de La Virgen María

Vuelan a la cuna
de la dulce Niña
los dulces acentos
de los viejos salmos,
cantan la belleza
de la santa infante,
gloria de su raza,
reina de esperanza.

La Sión sacrosanta
se viste de fiesta,
los profetas miran
la hija añorada,
que salta de gozo
al ver realizada,
la eterna promesa
del Dios de la Alianza.

Nardo y azucenas
se han citado ahora,
en la cuna santa
difunden su aroma,
se unen la mirra
y la rosa pura
para hacer la cuna
de la Niña amada.

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