Lo que importa: <Hacia el Señor>

“Nosotros, que sabemos por la celebración de cada martes lo que es volverse hacia el Señor y caminar sin ver, guiados en esperanza, a la voz profética del diácono, “oídos atentos al Señor”, no perdamos ahora la dirección del corazón. El Papa decía el Domingo de Ramos:

“No nos perdamos en lo insignificante”.

Así debe ser, tantas cosas que creíamos importantes vemos ahora que eran insignificantes, tantas que creíamos tan valiosas, tan necesarias, se manifiestan ahora como pequeñas y sin mayor trascendencia… y, a cambio, aprendemos que nuestra vida es una ofrenda, hasta haciendo las cosas más pequeñas, si estas son para bien de todos, mirando al prójimo, como es ahora quedarse en casa. De una forma tan pequeña, podemos ser sacerdotes y ofrendas, podemos glorificar a Dios sin dudarlo. Perseveremos así: no nos desanimemos ahora, no cambiemos el plan. Pensemos en el bien de todos. Aprovechemos estos días para evaluar el proceso que vamos haciendo, el proceso interior. No contemos solamente días, enfermos, sanos… contemos lo que se va moviendo en nuestro corazón, lo que vamos pensando, lo que oramos, lo que estamos dispuestos a cambiar, en lo que estábamos errados:

¿qué es verdaderamente necesario?
¿Cuántas conversaciones o discusiones absurdas veo ahora que me sobran?
¿Cuántas palabras o juicios ofensivos o vanos?
¿Cómo miro a los demás?
¿No los veo más cerca?”

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