Árbol de luz 

 

El Papa Francisco, hablando de los signos populares que nos ayudan a preparar las Pascuas, dijo que “el Nacimiento y el árbol de Navidad, son signos navideños siempre sugestivos y amados por nuestras familias cristianas: recuerdan el misterio de la Encarnación, el Hijo unigénito de Dios que se hizo hombre para salvarnos y la luz que Jesús trajo al mundo con su nacimiento”.

“Tanto el belén como el Árbol llegan al corazón de todos, también de los que no creen, porque hablan de fraternidad, de intimidad y de amistad, llamando a la humanidad de nuestra época a descubrir de nuevo la belleza de la sencillez, del compartir y de la solidaridad”.

“El belén y el Árbol traen, por lo tanto, un mensaje de luz, de esperanza y de amor”.

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Esperando con la palabra de Dios:
Adviento ’20

Brotará un renuevo del tronco…  (Is 11,1)

Hay dos series de lecturas bíblicas
en los días laborables del Adviento:
una desde el principio hasta el día 16 de diciembre,
y la otra desde el día 17 al 24 de este mes.

En la primera parte de este Tiempo,
se leen profecías de Isaías,
siguiendo el mismo orden del libro…
Los Evangelios de estos días están relacionados con la primera lectura.

Desde el jueves de la segunda semana,
comienzan las lecturas del Evangelio sobre Juan Bautista;
la primera lectura es o bien una continuación del libro de Isaías,
o bien un texto relacionado con el Evangelio.

En la última semana antes de Navidad,
se leen los acontecimientos que prepararon de inmediato
el nacimiento del Señor,
tomados del Evangelio de san Mateo (cap. 1) y de san Lucas (cap. 1).

En la primera lectura se han seleccionado algunos textos
de diversos libros del Antiguo Testamento,
teniendo en cuenta el Evangelio del día,
entre los que se encuentran algunos vaticinios mesiánicos
de gran importancia.

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La Corona de luces del Adviento

Adviento es el tiempo que nos sostiene en la esperanza.

Para tener presente esta idea en cada hogar
merece la pena difundir la Corona de Adviento.

En efecto, la colocación de unos cirios
-sobre una corona de ramos verdes-
es una catequesis y una celebración.

Sus luces se encienden progresivamente, domingo tras domingo,
hasta la solemnidad de Navidad.

La Corona es memoria de las diversas etapas de la historia de la salvación antes de Cristo
y símbolo de la luz profética que iba iluminando la noche de la espera,
hasta el amanecer del Sol de justicia (cf. Mal 3,20; Lc 1,78).

Esto nos recuerda unas palabras sugerentes de san Pablo VI:
“tiene una peculiar fuerza y eficacia sacramental
para alimentar la vida cristiana”.

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