María de Magdala,
apóstol de apóstoles

La liturgia hispano-mozárabe llama a esta gran mujer «confesora de la fe».
Para Oriente, la santa de Magdala está a la altura de los apóstoles (isapostola).

 

Oramos:
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
aclamarte siempre,
Padre todopoderoso,
de quien la misericordia
no es menor que el poder,
por Cristo, Señor nuestro.
El cual se apareció visiblemente en el huerto
a María Magdalena,
pues ella lo había amado en vida,
lo había visto morir en la cruz,
lo buscaba yacente en el sepulcro,
y fue la primera en adorarlo
resucitado de entre los muertos;
y él la honró ante los apóstoles
con el oficio del apostolado
para que la buena noticia de la vida nueva
llegase hasta los confines del mundo.
Por eso, Señor,
nosotros, llenos de alegría,
te aclamamos con los ángeles y con todos los santos, diciendo:
Santo, Santo, Santo es el Señor…

Otros dos bellos textos bíblicos con los que hacer hoy oración:
Cantar de los Cantares 3,1ss
2 Corintios 5, 14ss

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