Oh, Dios, Padre de la luz,
que en la plenitud de los tiempos
has hablado a los hombres por tu Hijo amado,
concede a quienes lo confesamos Señor y Maestro,
ser fieles discípulos suyos, como san Isidro,
y anunciarlo al mundo como Camino, Verdad y Vida.
Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
Concede, Señor, a quienes recordamos a los santos esposos Isidro y María,
perseverar fielmente en la escuela del Evangelio
para compartir la plenitud de la vida divina.
Por Jesucristo, nuestro Señor.