En la espera de la Noche Santa…

​Santo Entierro (C. H. Bloche)

La sal de la sabiduría y la señal de la cruz

[Después de que habían gustado la sal bendita, como sacramental hacia la salvación,] en la mañana del Sábado Santo los catecúmenos se reunían para el último escrutinio.
El obispo marcaba a cada uno con la señal de la cruz en la frente, extendía la mano sobre su cabeza y pronunciaba el último gran escrutinio:

“Tampoco tú ignoras, Satán,
que tu castigo está próximo,
que tu tormento está cerca,
que ha llegado el día del juicio,
el día de la condenación,
el día que viene como horno de fuego…
Por eso, da gloria a Dios, maldito…,
retírate y sal de este siervo de Dios,
que nuestro Dios y Señor Jesucristo
ha llamado hoy…
a su fuente, por el don del Bautismo”…

Los catecúmenos eran fortalecidos por última vez para la lucha inminente mediante la unción con óleo exorcizado…

(Bonifatia Brügge, ¡Escucha, Satán, tu sentencia!, en “Nuestra Pascua”, pp. 80s)

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