Concluyendo el mes de mayo: muéstranos a Jesús

Una mirada a la Madre de Aquel ante quien
brillan los siete candelabros,
que tiene en su mano las siete estrellas,
que es Alfa y Omega,
quien puede abrir el libro de los siete sellos…

 

Ella, la Orante, nos enseña a ser constantes
en la plegaria aguardando la venida del Espíritu.

 

Ella la Toda Santa, la Madre de Dios (MP OY),
ha dado su carne al que, siendo Dios (oWN),
se ha hecho un hombre como nosotros.

 

En este día, como Isabel, la bendecimos
entre todas las mujeres.

 

Este canto o antífona mariana de Pascua
nos ayuda a saludar a la Virgen:

 

El Árbol de la vida es la Cruz del Señor

Comenzábamos el mes
con una memoria de la Cruz (3 de mayo).
Lo vamos cerrando con una referencia
al árbol de la Cruz en los canceles.
Cancel procedente de la iglesia de San Tirso de Candamo (Asturias).
La iconografía de la placa nos refleja los tres árboles bíblicos y el misterio de la Trinidad.
El árbol de la vida recogido en las Sagradas Escrituras.
En el cancel se representan variados motivos fitomorfos:
dobles palmetas, flores de lis, hojas lanceoladas, etcétera.
La función esencial consistía en delimitar el espacio del «sanctuarium»
donde se sitúa la mesa santa del altar.

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Cristo, Buen Pastor, Maestro y Legislador

Patena de Cástulo (s. IV) en Linares (Jaén)

En el arte romano existen tres figuras principales
que fueron temas recurrentes de inspiración
para la iconografía cristiana:
 
  1. el pastor con una oveja en los hombros, símbolo de la filantropía, que fue adoptado por el cristianismo como Cristo el Buen Pastor;
  2. una figura con las manos alzadas hacia el cielo, simbolizando la devoción y piedad que sería el modelo para representar a la Iglesia orante y a María, la Madre de Dios; y,
  3. el filósofo sentado con un rollo en las manos que llegó a representar a Cristo como Maestro y fuente de Santa Sabiduría. En la entrega del rollo o volumen a sus apóstoles se manifiesta la transmisión del mensaje.

VI domingo de Pascua

Dice el Cordero, que ha sido constituido como Pastor:
» Os dejo la paz, mi paz os doy» (Jn 14,27)

***

BENDICIÓN VISIGÓTICA
Aleluya, que esta palabra sagrada y alegre,
resuene como alabanza a Dios en los labios de todos los pueblos.
R. Amén.
Que así como armoniosamente los ángeles dan gloria con el aleluya,
las voces de los creyentes dulcemente lo entonen.
R. Amén.
Y que lo que sin estrépito reluce en los ciudadanos del cielo,
fructifique en vuestros corazones como amor pleno.
R. Amén.
Por la misericordia del mismo Dios nuestro,
que es bendito y vive y todo lo gobierna, por los siglos de los siglos.
R. Amén.

—–

ألمسيح قام حقا قام هللويا. كل عام وأنتم بخير

Jesus is Risen Alleluia. Happy Easter

Cristo è Risorto. Alleluia Buona Pasqua

Jesus est Ressuscité Alleluia. Heureux Pâques

¡ Jesucristo ha resucitado! ¡Feliz Pascua!

 

 

¡Venció el León de la tribu de Judá,
de la estirpe de David!


 
Misa en Rito Hispano: cada martes 19’00 h
Basílica de la Concepción
c/ Goya 26  Madrid 28001
Metro: Velázquez

Cancel visigodo de Badajoz

Placa de cancel visigodo, de mármol,
con el frente dividido en tres partes:
(de abajo a arriba) un Árbol de la Vida
con racimos de dátiles flanqueado por roleos de tallos vegetales;
dos estrellas;
y un Crismón con alfa y omega colgando.

Los brazos inferiores de la letra griega chi (X), inicio del nombre «Cristo», rematan en flores de lis o loto.

Toda la iconografía de la pieza es una alusión al texto del Apocalipsis (21:6 y 22:13) ….Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin. Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para tener derecho al árbol de la vida y para entrar por las puertas a la ciudad.…. que es una afirmación de la centralidad de Cristo en la religión. La pieza representa así la importancia de Cristo dentro de una iglesia (por extensión, dentro de la Iglesia en mayúsculas). Al decorar un cancel (la puerta que da acceso desde la nave al presbiterio) recuerda la necesidad de cumplir los preceptos cristianos para alcanzar la salvación pues el Árbol de la Vida (citado en el texto) es el que da derecho a entrar en las puertas de la Ciudad (símbolo de la Jerusalén celestial).

En su parte posterior presenta un rectángulo vaciado rodeado de listeles, posiblemente para acoger un relicario.

Es muy probable que proceda originalmente de la ermita de Valdecebadar, pues los huecos del cancel de esta iglesia coinciden con las medidas de la pieza.

Texto en:

Museo arqueológico provincial de Badajoz

 

Baptisterio vs. altar

En muchas de las iglesias de la antigua Hispania hay una organización peculiar del espacio: presentan el baptisterio a los pies del templo; es decir, contrapuesto al altar. Esta distinción de ambos espacios sacramentales –como dos escenarios diferenciados- se hace, generalmente, por medios de unos muros medianeros o cancelas.

La importancia del Bautismo –que otorga la filiación divina con todas sus gracias consecuentes- se pone de manifiesto por el complejo simbolismo del espacio sagrado que se le dedica.

Los cristianos conciben la fuente bautismal como sepulcro donde muere el viejo Adán y seno materno de la Iglesia donde nace el hombre nuevo. De ahí, las formas elocuentes y significativas de la piscina bautismal: cruciforme, circular u octogonal. En este último caso, el ocho se considera número de la vida plena, el de la feliz resurrección futura (Isidoro, Liber Numerorum, 9).

De hecho, se bautiza en domingo, día de la resurrección de Cristo, por ser el primer día –comienzo de una nueva vida- y, a la vez, el octavo –plenitud en la Vida del Resucitado. Esta certeza se expresa en la catequesis verbal y en la arquitectura que se convierte, así, en mistagogía.

El tiempo de Pascua es una ocasión magnífica para peregrinar al lugar donde fuimos bautizados o, al menos, para dar gracias junto al un baptisterio por el don de haber nacido de nuevo en el Espíritu. Estos días finales de mayo, en recuerdo a María la Virgen Madre, nos brindan una magnífica oportunidad.

Algunas notas sobre música

 

Para leer, pensar, discutir y poner en práctica.

¿no podríamos hacer el esfuerzo de escuchar algún nuevo y bonito
Aleluya pascual
y aprenderlo en esta etapa de la Cincuentena pascual?:

«Se ha hecho cada vez más evidente el pavoroso empobrecimiento que se manifiesta allí donde se desprecia la belleza y el hombre se somete sólo a lo útil.  La experiencia ha demostrado que el atenerse únicamente a la categoría de lo “comprensible para todos” no ha conseguido que la liturgia fuera verdaderamente más comprensible, más abierta, sino más pobre.  Liturgia “simple” no significa liturgia mísera o barata; hay una simplicidad que viene de lo vulgar y otra que proviene de la riqueza espiritual, cultural e histórica».

 «También aquí se ha rechazado la incomparable música de la Iglesia en nombre de la “participación activa”; pero ¿no puede esta “participación” significar también un percibir con el espíritu, con los sentidos? ¿No hay “actividad” alguna en el escuchar, en el intuir, en el conmoverse?».

«Una Iglesia que sólo hace música “corriente” cae en la ineptitud y se hace ella misma inepta.  La Iglesia tiene el deber de ser también “ciudad de gloria”, ámbito en que se recogen y se elevan a Dios las voces más profundas de la humanidad.  La Iglesia no puede contentarse sólo con lo ordinario, con lo acostumbrado, debe despertar las voces del cosmos, glorificando al Creador y descubriendo al mismo cosmos su magnificencia, haciéndolo hermoso, habitable y humano».

Un buen ejemplo nos está ofreciendo el coro de «Gothia» con su trabajo semanal: aprendizaje, ensayos y oferta a la celebración. Con la felicitación un ruego para que todos nos sintamos corresponsables.

Acontece algo…

Agnus Dei de Chagall en Reims

Celebramos la acción litúrgica por excelencia cada domingo en la Eucaristía. Convocamos en Madrid al Pueblo de Dios cada martes para la celebración en el antiguo Rito de la España goda. Pero, ¿nos damos cuenta de lo que «traemos entre manos»? He aquí un texto interesante para leer, pensar y sobre el que discutir:

 «La liturgia no es un show, no es un espectáculo que necesite directores geniales y actores de talento. La liturgia no vive de sorpresas “simpáticas”, de ocurrencias “cautivadoras”, sino de repeticiones solemnes. No debe expresar la actualidad, el momento efímero, sino el misterio de lo Sagrado.  Muchos han pensado y dicho que la liturgia debe ser “hecha” por toda la comunidad para que sea verdaderamente suya.  Es ésta una visión que ha llevado a medir el “resultado” de la liturgia en términos de eficacia espectacular, de entretenimiento.  De este modo se ha dispersado el proprium litúrgico, que no proviene de lo que nosotros hacemos, sino del hecho de que aquí acontece Algo que todos nosotros juntos somos incapaces de hacer.  En la liturgia opera una fuerza, un poder que ni siquiera la Iglesia entera puede conferirse: lo que en ella se manifiesta es lo absolutamente Otro que, a través de la comunidad (la cual no es dueña, sino sierva, mero instrumento), llega hasta nosotros».