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El «Calendario de Córdoba» es un Calendario meteorológico, agronómico y, a la vez, religioso o litúrgico, compuesto en la capital de al-Andalus en 961, según la opinión autorizada de R. Dozy. Uno de sus autores fue el mozárabe cordobés Recemundo, Obispo de Ilíberis (Granada), hombre culto e instruido en toda clase de disciplinas de su tiempo y personaje notable en la corte de Abderrhaman III y Alhaquem II, a cuyo servicio realizó difíciles embajadas y comisiones (Corte del emperador Otón, Tierra Santa, etc.).
Fue editado en París por el bibliógrafo italiano Guillermo Libri. Aparecía con el título <Liber anoe Harib filii Zeid episcopi quem composuit Mustansir imperatori> y como apéndice al tomo I de su <Histoire des sciences mathématiques en Italie> en 1838.
Había sido hallado en un manuscrito del siglo XIII de la Biblioteca Imperial de París. Reinhart Dozy comunicó el hallazgo al consumado arabista Francisco J. Simonet, quien en 1871 publicó la parte litúrgica en la Revista <La Ciudad de Dios>.
Cotejando las noticias que nos han quedado de este Obispo mozárabe, su época, su residencia, sus estudios, aficiones y viajes con los de otro prelado del mismo tiempo, resulta que Rabi ben Zaid no era otro que el Recemundo de que habla la vida de San Juan de Gorz, y a quien dedicó un libro histórico el célebre Luitprando. Así lo demostró el referido Mr. Dozy en un artículo titulado: Die Cordouaner Arib ibn Sad der Secretar und Rabi ibn Zeid der Bischof .
Lectura bíblica para este mes de Julio: el libro de Daniel
¿Están de moda las “obras de misericordia”?
Ante esta situación, el lema en cada hogar cristiano podría ser:
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AUDICIÓN:
Versión mozárabe del Padrenuestro en español (1960):
Dios de poder,
protector infatigable de tu esposa, la Iglesia,
a la que das vida con tu gracia;
te pedimos que por la piadosa intercesión
de tu Madre, Virgen gloriosa,
nos impulses a la observancia de tus mandatos
y nos concedas orar desde la tierra con corazón limpio,
como tú nos enseñas:
Padrenuestro… Amén.
(De la Misa mariana lit. hisp-moz)
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Es necesario, enseña el Papa, que la “catequesis preste una especial atención al «camino de la belleza» (via pulchritudinis). Anunciar a Cristo significa mostrar que creer en Él y seguirlo no es sólo algo verdadero y justo, sino también bello, capaz de colmar la vida de un nuevo resplandor y de un gozo profundo, aun en medio de las pruebas.
En esta línea, todas las expresiones de verdadera belleza pueden ser reconocidas como un sendero que ayuda a encontrarse con el Señor Jesús. No se trata de fomentar un relativismo estético, que pueda oscurecer el lazo inseparable entre verdad, bondad y belleza, sino de recuperar la estima de la belleza para poder llegar al corazón humano y hacer resplandecer en él la verdad y la bondad del Resucitado. Si, como dice san Agustín, nosotros no amamos sino lo que es bello, el Hijo hecho hombre, revelación de la infinita belleza, es sumamente amable, y nos atrae hacia sí con lazos de amor.
Entonces se vuelve necesario que la formación en la via pulchritudinis esté inserta en la transmisión de la fe.
Es deseable que cada Iglesia particular aliente el uso de las artes en su tarea evangelizadora, en continuidad con la riqueza del pasado, pero también en la vastedad de sus múltiples expresiones actuales, en orden a transmitir la fe en un nuevo «lenguaje parabólico».
ORANDO CON LA LITURGIA:
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria
en la memoria de la Virgen María, Madre del Carmelo.
Ella, por medio del Espíritu Santo,
conservó y cumplió fielmente tu Palabra
y, perseverando en oración con los apóstoles,
fue asociada de un modo admirable
al misterio salvador de Cristo
y constituida madre espiritual de todos los hombres.
Y ahora, mientras cuida con afecto maternal
de todos los hermanos de Cristo, su Hijo,
nos precede, como señal de esperanza segura y de consuelo,
a lo largo de nuestro peregrinar hacia el monte de la gloria;
porque en ella, como en la imagen más pura,
contemplamos gozosos realizado
lo que en la Iglesia ansiamos y esperamos alcanzar.
Por eso, con los ángeles y los santos,
te aclamamos llenos de alegría, diciendo:
Santo, Santo, Santo…
<La solemnidad del 15 de agosto celebra la gloriosa Asunción de María al cielo: fiesta de su destino de plenitud y de bienaventuranza, de la glorificación de su alma inmaculada y de su cuerpo virginal, de su perfecta configuración con Cristo resucitado; una fiesta que propone a la Iglesia y a la humanidad la imagen y la consoladora prenda del cumplimiento de la esperanza final; pues dicha glorificación plena es el destino de aquellos que Cristo ha hechos hermanos teniendo «en común con ellos la carne y la sangre» (Hb 2, 14; cf. Gal 4, 4).
La solemnidad de la Asunción se prolonga jubilosamente en la celebración de la fiesta de la Realeza de María, que tiene lugar ocho días después y en la que se contempla a Aquella que, sentada junto al Rey de los siglos, resplandece como Reina e intercede como Madre [22 agosto].
Una fiesta que puntualiza “con el máximo grado litúrgico las principales verdades dogmáticas que se refieren a la humilde Sierva del Señor”>.
(cf. Marialis cultus, 8)
Per gloriam / Schola Antiqua
Solo cuando la comunidad y el obispo poseen los medios suficientes pueden emprender obras de envergadura se comienzan a construir iglesias que impactan por su presencia y monumentalidad.
El ejemplo más evidente en Hispania se halla en Mérida ya que la Iglesia (el obispo) de Mérida, se encuentra a mediados del siglo VI, en una situación financiera boyante como consecuencia de la herencia recibida por el obispo Paulo… lo que le permitió comenzar las obras de construcción de iglesias y basílicas.
Pero esto no sucedió hasta mediados del siglo VI, como nos atestiguan las Vitas Patrum Emeritensium”
J. Arce, De la ciudad pagana a la ciudad cristiana. El caso de Hispania (siglos IV-VI),
en S. Panzram – L. Callegarin,
Entre civitas y madina…, Madrid 2018, 26s.
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“La liturgia hispánica sería de las más antiguas de Occidente”
(Carmen Julia Gutiérrez, 2020)
Gutiérrez, C. J. (2012).
Avatares de un repertorio marginal: las preces de la liturgia hispánica.
Revista de musicología, XXXV (2), 11-41.
Álvarez González, J. J. (2009).
Las preces de la antigua liturgia hispánica; estudio comparado del repertorio
(Trabajo de Investigación para la obtención del DEA).
Universidad Complutense de Madrid.
Anguita Jaén, J. M.- M. C. Fdez. López, (2008).
Las Preces Hispánicas. Puesta al día y novedades.
Exemplaria Classica (Rev. Filología clásica, Univ Huelva), 12, 155-180.
En el Antifonario de León (León AC 8), copia del s. X de un ejemplar de los tiempos de Wamba, se encuentran unas PRECES atribuidas a San Julián de Toledo. De ser cierta esta autoría, las Preces o miserationes provendrían de época visigótica.
Formación:
Para leer durante estos días veraniegos