El segundo de los seis himnos
que el códice medieval dedica al santo labrador mozárabe
es una contemplación del Señor todopoderoso,
pero que se complace en los humildes como Isidro.
La versión al español de V. Cristóbal
-hasta ahora inédita- reza así:
Imagen antigua de san Isidro en el <arca mosaica> (s. XIII, Catedral de Madrid)
***
¿Quién como Nuestro Señor,
que todo tiene en su mano,
bajo cuyos pies se extiende
tierra, mar, cielo encumbrado?
Mas a Él solo en sus alturas
le complace lo más bajo.
El rey magno y honorable,
que domina toda cosa,
rey potente e inefable
en sus obras virtuosas,
admirable Salvador
con su redención copiosa,
por el mundo estableció
muchos príncipes y reyes,
y quiso que todos fueran
dadores de justas leyes,
mas no dejó en medio de ellos
de exaltar al indigente.