Hemos retomado el «Tiempo durante el año» o «tiempo cotidiano»
con la Epifanía o Manifestación en el Jordán:
se oye la voz del Padre,
el Siervo Jesús es ungido con el poder del Espíritu
y las aguas son santificadas.
CONTEMPLATIO:
Engendrado antes de la aurora de los siglos,
el Señor, nuestro Salvador, hoy se ha manifestado al mundo.
La Iglesia se ha unido a su celestial Esposo, porque,
en el Jordán, Cristo la purifica de sus pecados;
los magos acuden con regalos a las bodas del Rey,
y los invitados se alegran por el agua convertida en vino. Aleluya.
Veneremos este día santo, honrado con tres prodigios:
la estrella condujo a los magos al pesebre;
el agua se convirtió en vino en las bodas de Caná;
Cristo fue bautizado por Juan en el Jordán para salvarnos.