Regalar una Biblia


<Quiero haceros una propuesta:
¿por qué no descubrir algunos libros de la Biblia que normalmente no se conocen, o de los que hemos escuchado algún pasaje durante la liturgia, pero que nunca hemos leído por entero?
En efecto, muchos cristianos no leen nunca la Biblia, y la conocen de un modo muy limitado y superficial.
La Biblia —como lo dice su nombre— es una colección de libros, una pequeña «biblioteca», nacida a lo largo de un milenio.
Algunos de estos «libritos» que la componen permanecen casi desconocidos para la mayor parte de las personas,
incluso de los buenos cristianos.
Algunos son muy breves, como el Libro de Tobías, un relato que contiene un sentido muy elevado de la familia y del matrimonio;
o el Libro de Ester, en el que esa reina judía, con la fe y la oración, salva a su pueblo del exterminio;
o, aún más breve, el Libro de Rut, una extranjera que conoce a Dios y experimenta su providencia.
Estos libritos se pueden leer por entero en una hora.
Más comprometedores, y auténticas obras maestras, son el Libro de Job, que afronta el gran problema del dolor inocente; el Qohélet, que impresiona por la desconcertante modernidad con que pone en tela de juicio el sentido de la vida y del mundo; el Cantar de los Cantares, estupendo poema simbólico del amor humano.
Como veis, todos estos son libros del Antiguo Testamento.
¿Y el Nuevo? Ciertamente, el Nuevo Testamento es más conocido, y los géneros literarios son menos variados.
Pero conviene descubrir la belleza de leer un Evangelio todo seguido,
y recomiendo también los Hechos de los Apóstoles o una de las Cartas>.
(El legado de Benedicto XVI)


Capilla ardiente del Papa emérito ante el altar y entre el árbol de Pascuas y el belén.
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