Contemplación y petición
con los ángeles
en octubre

Recordamos, oh Cristo Dios,
el misterio de tu gloriosa pasión,
por el que, derrotadas las fuerzas del mal,
nos haces triunfar de su malicia
con el estandarte de la cruz,
pues, mientras Tú, nuestra cabeza,
eras exaltado en el madero,
se nos abrían de par en par
las puertas cerradas de la vida.

Tu humanidad, aunque tomada de la tierra,
es ahora coeterna por los siglos con el Padre y el Espíritu Santo.
A ti clamamos con gemidos,
te exponemos nuestros deseos,
y te manifestamos muestras aflicciones.
Tú conoces lo que deseamos,
pues nos ha hecho de la nada;
nos acusamos de nuestros pecados ante ti,
a quien casi no nos atrevemos a levantar los ojos.

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