La belleza en la celebración

<Árbol de la vida> (Quintanilla de las viñas)

La verdadera belleza es el amor de Dios que se ha revelado definitivamente en el Misterio pascual.

La belleza de la liturgia es parte de este misterio; es expresión eminente de la gloria de Dios y, en cierto sentido, un asomarse del Cielo sobre la tierra.

La belleza, por tanto, no es un elemento decorativo de la acción litúrgica; es más bien un elemento constitutivo, ya que es un atributo de Dios mismo y de su revelación.

Conscientes de todo esto, hemos de poner gran atención para que la acción litúrgica resplandezca según su propia naturaleza.

(Exhortación Sacramentum caritatis, 35)