Cuaresma… Cuarenta…

Con este texto san Isidoro comienza su catequesis
sobre los diversos tipos de ayuno.
Además, de la Cuaresma, el santo hispalense
habla de los ayunos de las témporas
(del latín quattuor anni tempora, cuatro veces al año),
ayuno que, vinculado con el comienzo
de las cuatro estaciones del año
«se tornará en gozo y regocijo
y en festivas solemnidades» (Zacarías 8,19).

 

En efecto, la ley divina insta a todos los fieles cristianos
a la penitencia.
La Iglesia, según sus diversas tradiciones,
ha fijado unos días penitenciales,
dedicados a la oración, obras de piedad y de caridad,
aceptación de la cruz, negación de uno mismo
y cumplimiento con mayor fidelidad de las propias obligaciones;
y observando -según los días-
el ayuno y la abstinencia.
Los  viernes de todo el año
y la Cuaresma son los tiempos principales
en la Iglesia universal.

José, príncipe de Egipto,
vendido por sus hermanos