Participando cada MARTES en nuestra antigua liturgia hispana

Sólo celebramos y vivimos bien la liturgia
si permanecemos en actitud orante,
no si queremos «hacer algo»,
hacernos ver o actuar,
sino si orientamos nuestro corazón a Dios
y estamos en actitud de oración
uniéndonos al misterio de Cristo
y a su coloquio de Hijo con el Padre.
Dios mismo nos enseña a rezar,
afirma san Pablo (cf. Rm 8, 26).

Sigue leyendo