La bendición de la misa

 

La bendición del presidente de la celebración existe desde antiguo antes de recibir la comunión.
Esta bendición, generalmente trimembre, aparece en sus textos con una doble valencia:

-comunión espiritual para los que no acceden al sacramento;
-purificación para los comulgantes de los “pecados cotidianos” (veniales).

La bendición final de la misa no existía en la estructura primitiva de la celebración occidental. En el Rito romano no hay vestigios de ella hasta el s. XI; cuando aparece lo hace con la actual gestualidad episcopal (triple cruz).

Algunas bendiciones presentan fórmulas particulares:

Benedictio dei omnipotentis patris et filii et spiritus sancti
descendat super vos
et angelus domini  bonus custodiat vos. Amen

(Misal de Gerona, n. 24, s. XV; cf. Ferreres, 727).  

Es interesante la vinculación de la “bendición” con “la custodia del ángel del Señor”.

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