El reto del culto cristiano 

  

«El desafío ahora consiste en alcanzar el punto exacto de equilibrio,
en especial, entrando más profundamente en la dimensión contemplativa del culto.
Esto sucederá solo si reconocemos que la liturgia tiene dimensiones tanto locales como universales,
tanto temporales como eternas, tanto horizontales como verticales, tanto subjetivas como objetivas.
Precisamente estas tensiones dan al culto católico su carácter distintivo.
La Iglesia universal está unida en un gran acto de alabanza,
pero es siempre el culto de una comunidad particular en una cultura particular.
Es el eterno culto del cielo, pero a la vez está inmerso en el tiempo».

***