Hacer el bien


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Una antigua oración hispana:

Hoy se celebra en la parroquia de La Concepción
la misa «in memoriam» de Joseph Ratzinger
-el Papa emérito Benedicto XVI-
a las 20’30 h. c/ Goya 26 Madrid.

Ratzinger reflexionó sobre el valor de la enfermedad
como un tiempo de presencia privilegiada del mismo Dios
quien, por la encarnación, ha conocido el sufrimiento:

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Orando…


Estas navidades nos han pedido oraciones por China y Nicaragua.
Ahora, por Venezuela.
Invocamos sobre nuestros hermanos
la gracia del Espíritu.


«De los dinosaurios se afirma que se extinguieron
porque se habían desarrollado erróneamente:
mucho caparazón y poco cerebro, muchos músculos y poca inteligencia.
«¿No estaremos también nosotros desarrollándonos de forma errónea,
mucha técnica, pero poca alma?
¿Un grueso caparazón de capacidades materiales, pero un corazón que se ha vuelto vacío?
¿La pérdida de la capacidad de percibir en nosotros la voz de Dios,
de conocer y reconocer lo bueno, lo bello y verdadero
(Ratzinger)

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Después del Bautismo en el Jordán, 2023


Hemos retomado el «Tiempo durante el año» o «tiempo cotidiano»
con la Epifanía o Manifestación en el Jordán:
se oye la voz del Padre,
el Siervo Jesús es ungido con el poder del Espíritu
y las aguas son santificadas.

CONTEMPLATIO:
Engendrado antes de la aurora de los siglos,
el Señor, nuestro Salvador, hoy se ha manifestado al mundo.
La Iglesia se ha unido a su celestial Esposo, porque,
en el Jordán, Cristo la purifica de sus pecados;
los magos acuden con regalos a las bodas del Rey,
y los invitados se alegran por el agua convertida en vino. Aleluya.
Veneremos este día santo, honrado con tres prodigios:
la estrella condujo a los magos al pesebre;
el agua se convirtió en vino en las bodas de Caná;
Cristo fue bautizado por Juan en el Jordán para salvarnos.

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El Bautismo del Señor (A):

“Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”


<Por entonces viene Jesús desde Galilea al Jordán y se presenta a Juan para que lo bautice. Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole:
«Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?».
Jesús le contestó:
«Déjalo ahora. Conviene que así cumplamos toda justicia».
Entonces Juan se lo permitió.
Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía:
«Este es mi Hijo amado, en quien me complazco» >
(Evangelio según san Mateo 3,13-17).

Con la fiesta del Bautismo del Señor cerramos el tiempo de Navidad. A partir de mañana reanudaremos el denominado tiempo ordinario anterior a la Cuaresma.
La página del evangelio presenta a Jesús siendo bautizado por Juan en el río Jordán. Después de los relatos de la infancia y como preparación a la actividad pública de Jesús, con el bautismo del Señor, Mateo narra los acontecimientos que se refieren al inicio de la actividad de Jesús propiamente dicha.

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Navidad ortodoxa: 7 enero 


La Navidad en el calendario juliano se celebra el 25 de diciembre,
que equivale al 7 de enero del calendario gregoriano,
que seguimos los latinos y el mundo civil.
Muchos cristianos ortodoxos -en Oriente, mayormente- utilizan el calendario juliano,
implantado en el año 46 a.C. por Julio César.
Este computo lleva 13 días de «retraso» con respecto al nuestro.
El papa Gregorio XIII tuvo que «borrar» del calendario
los días del 4 al 15 de octubre de 1582
para realizar el ajuste al calendario astronómico.

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Epifanía 2023 A.D.


«El día de la Epifanía lo declararon los Apóstoles fiesta solemne,
porque en él fue dado públicamente a conocer el Salvador,
por medio de una estrella,
cuando encontraron las Magos a Cristo recostado en el pesebre,
adorándole y ofreciéndole regalos, propios de la Trinidad:
oro, incienso y mirra (cf. Mt 2, 1ss; Lc 2,16),
como rey, como Dios, como hombre mortal.
Consagraron este día con celebración anual, para que reconozca el mundo al Señor
al que dieron a conocer los elementos desde el cielo.
 Asimismo, en ese mismo día Jesús fue ungido con el bautismo en el Jordán
y, rasgados los cielos, descendió el Espíritu Santo,
declarando que Jesús era el Hijo de Dios.
A este día se le llama Epifanía,
porque en él, Cristo se manifestó a los gentiles.
Epifanía es palabra griega 
que en latín se traduce por aparición o manifestación.
Por tres razones recibió ese día este nombre:
porque en su bautismo Cristo fue presentado a los pueblos,
también porque en ese día fue anunciado a los Magos por una estrella,
asimismo, porque fue manifestado a muchos por su primer milagro:
el agua convertida en vino.
 Refiere Casiano que, entre los egipcios, la solemnidad de la Natividad y de la Epifanía no se celebran en fechas distintas, como ocurre en Occidente, sino en una única festividad. Y en ella se envían cartas del patriarca de Alejandría a todas las iglesias y monasterios de Egipto, en las que se les da a conocer el comienzo de la Cuaresma y la fecha de la Pascua
 S. Isidoro, Los Oficios de la Iglesia, XXVII


Icono presentando conjuntamente el anuncio a los pastores,
la adoración de los magos y el baño por las parteras

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Regalar una Biblia


<Quiero haceros una propuesta:
¿por qué no descubrir algunos libros de la Biblia que normalmente no se conocen, o de los que hemos escuchado algún pasaje durante la liturgia, pero que nunca hemos leído por entero?
En efecto, muchos cristianos no leen nunca la Biblia, y la conocen de un modo muy limitado y superficial.
La Biblia —como lo dice su nombre— es una colección de libros, una pequeña «biblioteca», nacida a lo largo de un milenio.
Algunos de estos «libritos» que la componen permanecen casi desconocidos para la mayor parte de las personas,
incluso de los buenos cristianos.
Algunos son muy breves, como el Libro de Tobías, un relato que contiene un sentido muy elevado de la familia y del matrimonio;
o el Libro de Ester, en el que esa reina judía, con la fe y la oración, salva a su pueblo del exterminio;
o, aún más breve, el Libro de Rut, una extranjera que conoce a Dios y experimenta su providencia.
Estos libritos se pueden leer por entero en una hora.
Más comprometedores, y auténticas obras maestras, son el Libro de Job, que afronta el gran problema del dolor inocente; el Qohélet, que impresiona por la desconcertante modernidad con que pone en tela de juicio el sentido de la vida y del mundo; el Cantar de los Cantares, estupendo poema simbólico del amor humano.
Como veis, todos estos son libros del Antiguo Testamento.
¿Y el Nuevo? Ciertamente, el Nuevo Testamento es más conocido, y los géneros literarios son menos variados.
Pero conviene descubrir la belleza de leer un Evangelio todo seguido,
y recomiendo también los Hechos de los Apóstoles o una de las Cartas>.
(El legado de Benedicto XVI)


Capilla ardiente del Papa emérito ante el altar y entre el árbol de Pascuas y el belén.
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Días epifánicos 2023

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Mañana, en san Pedro, se celebran las exequias por el Papa emérito Benedicto XVI.

<Te pedimos, Dios santo,
que, perdonando todos sus pecados,
ilumines con luz celestial
[al que fue Papa de Roma, Benedicto,]
a nuestros familiares y amigos difuntos.
Y si quedaron manchados por algún mal de la tierra,
queden limpios por el perdón de tu misericordia,
por Cristo Señor y Redentor eterno>.
Oración Post Sanctus Misal Hispano Mozárabe

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San José 2023


El Rito hispano celebra hoy, 3 de enero, la solemnidad del Custodio del Redentor.
«Con corazón de padre: así José amó a Jesús, llamado en los cuatro Evangelios «el hijo de José».
Los dos evangelistas que evidenciaron su figura, Mateo y Lucas, refieren poco,
pero lo suficiente para entender qué tipo de padre fuese y la misión que la Providencia le confió.

Sabemos que fue un humilde carpintero (cf. Mt 13,55), desposado con María (cf. Mt 1,18; Lc 1,27);
un «hombre justo» (Mt 1,19), siempre dispuesto a hacer la voluntad de Dios manifestada en su ley (cf. Lc 2,22.27.39) y a través de los cuatro sueños que tuvo (cf. Mt 1,20; 2,13.19.22).
Después de un largo y duro viaje de Nazaret a Belén, vio nacer al Mesías en un pesebre, porque en otro sitio «no había lugar para ellos» (Lc 2,7).
Fue testigo de la adoración de los pastores (cf. Lc 2,8-20) y de los Magos (cf. Mt 2,1-12), que representaban respectivamente el pueblo de Israel y los pueblos paganos.

Tuvo la valentía de asumir la paternidad legal de Jesús, a quien dio el nombre que le reveló el ángel: «Tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1,21). Como se sabe, en los pueblos antiguos poner un nombre a una persona o a una cosa significaba adquirir la pertenencia, como hizo Adán en el relato del Génesis (cf. 2,19-20).
En el templo, cuarenta días después del nacimiento, José, junto a la madre, presentó el Niño al Señor y escuchó sorprendido la profecía que Simeón pronunció sobre Jesús y María (cf. Lc 2,22-35).
Para proteger a Jesús de Herodes, permaneció en Egipto como extranjero (cf. Mt 2,13-18). De regreso en su tierra, vivió de manera oculta en el pequeño y desconocido pueblo de Nazaret, en Galilea —de donde, se decía: “No sale ningún profeta” y “no puede salir nada bueno” (cf. Jn 7,52; 1,46)—, lejos de Belén, su ciudad de origen, y de Jerusalén, donde estaba el templo. Cuando, durante una peregrinación a Jerusalén, perdieron a Jesús, que tenía doce años, él y María lo buscaron angustiados y lo encontraron en el templo mientras discutía con los doctores de la ley (cf. Lc 2,41-50).

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