El principio de variabilidad en las oraciones eucarísticas


Pinturas en la Ermita de Ntra. Sra. la Antigua (Carabanchel, Madrid): bajo estas vigas resuena la Plegaria Eucarística

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<<57. La innovación más importante que, a mediados del siglo V, el rito romano introducía en la historia de la liturgia consistía en la variabilidad del prefacio [o comienzo de la Plegaria consacratoria]. Las liturgias orientales, antes y después de tal acontecimiento, mantuvieron firme el principio de la inalterable unidad de la anáfora. El prefacio forma parte de ella y concuerda, por su contenido doctrinal y su forma literaria, con el resto de la misma.

Contrastando con las normas de los ritos orientales, que utilizaron siempre más de una anáfora, el rito romano establecía para sí mismo un canon fijo. Pero la primera parte del canon, el prefacio, gozaría de la máxima variabilidad.

En los libelli missarum romanos [o folletos con los textos oracionales], compuestos entre mediados del siglo V y mediados del siglo VI, y también en el primer sacramentario romano, compilado durante la segunda mitad del siglo VI, cada misa lleva su propio prefacio.

58. El nuevo sistema hispánico-galicano, que empezó a ser aplicado durante el siglo VI, extendía la variabilidad del prefacio, felizmente experimentada en los ritos romano y ambrosiano, al resto de la Plegaria Eucarística.

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