La entrega oblativa de Jesús

El memorial de su total entrega
no consiste en la simple repetición de la última Cena,
sino propiamente en la Eucaristía, es decir,
en la novedad radical del culto cristiano.
Jesús nos ha encomendado así
La tarea de participar en su « hora ».
«La Eucaristía nos adentra
en el acto oblativo de Jesús.
No recibimos solamente
de modo pasivo el Logos encarnado,
sino que nos implicamos en la dinámica de su entrega».
Él « nos atrae hacia sí ».
La conversión sustancial del pan y del vino
en su cuerpo y en su sangre
introduce en la creación
el principio de un cambio radical,
como una forma de « fisión nuclear »,
por usar una imagen bien conocida hoy por nosotros,
que se produce en lo más íntimo del ser;
un cambio destinado
a suscitar un proceso de transformación de la realidad,
cuyo término último
será la transfiguración del mundo entero,
el momento en que Dios será todo para todos

(cf. 1 Co 15,28).

[Sacramentum Caritatis 11.]