La ofrenda del incienso

El rito de incensación expresa reverencia y oración, como se da a entender en el salmo 140, 2 y en el libro del Apocalipsis 8,3.

 

En el pebetero o en el incensario se quema incienso puro de olor agradable. También pueden agregarse otras materias olorosas procurando que la cantidad de incienso sea mucho mayor (cf. Cerem. Episc. 85).

 

El altar, si está separado de la pared se inciensa pasando alrededor del mismo; si el altar está unido a la pared,  se inciensa primero la parte derecha, luego la parte izquierda del altar.

 

Si la cruz está sobre el altar o cerca de él, se inciensa antes que el mismo altar, de no ser así, se inciensa cuando se pase ante ella.

 

Las ofrendas se inciensan antes de la incensación del altar y de la cruz  (cf. Cerem. Episc. 93).