Catequesis pascual sobre la Confirmación o Crismación

«como llamaradas de fuego…»

En la Antigua Alianza, los Profetas anunciaron
que el Espíritu del Señor reposaría sobre el Mesías esperado
y sobre todo el pueblo mesiánico.
Toda la vida y la misión de Jesús se desarrollan
en una total comunión con el Espíritu Santo.
Los Apóstoles reciben el Espíritu Santo en Pentecostés
y anuncian «las maravillas de Dios» (Hch 2, 11).
Comunican a los nuevos bautizados,
mediante la imposición de las manos,
el don del mismo Espíritu.
A lo largo de los siglos, la Iglesia ha seguido viviendo del Espíritu
y comunicándolo a sus hijos.

Al segundo sacramento se le llama Confirmación
porque confirma y refuerza la gracia bautismal.
Se llama, también, Crismación,
puesto que un rito esencial de este sacramento
es la unción con el Santo Crisma
(en las Iglesias Orientales, unción con el Santo Myron).

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