Gozo de María con el Encuentro 

 «Lo que ellos dos entonces sintieron: ¿no es
dulce más allá de todos los misterios
y con todo todavía terrenal:
cuando Él un poco pálido aun de la tumba
fue hacia ella aliviado:
en todo su cuerpo resucitado?
Ay, hacia ella lo primero. Cómo estaban allí
en inexpresable curación.
Sí, se reponían, era eso. No habían menester
tocarse fuertemente.
Él descansó luego por un instante
apenas su mano
eterna encima de su hombro delicado.
Y ambos comenzaron,
en silencio como los árboles en primavera
infinitamente igual,
aquella primavera
de su inefable contacto».
Rainer Maria Rilke 

 

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Somos hijos de nuestro Padre Dios

Fuente del san Isidro en la Ermita (Madrid): bendición pascual del agua y de la sal en recuerdo de nuestro Bautismo
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En el Bautismo Dios nos ha acogidos como hijos.
Él es nuestro Padre que nos ha hecho hermanos de Cristo por el sacramento
y nos envía su Espíritu para nuestra santificación:
«Hijo mío que estás en la tierra, preocupado, solitario, tentado,
yo conozco perfectamente tu nombre y lo pronuncio como santificándolo,
porque te amo.
No, no estás solo, sino habitado por Mí,
y juntos construiremos este reino del que tú vas a ser el heredero.
Me gusta que hagas mi voluntad porque mi voluntad es que tú seas feliz,
ya que la gloria de Dios es el hombre viviente.
Cuenta siempre conmigo y tendrás el pan para hoy, no te preocupes,
sólo te pido que sepas compartirlo con tus hermanos.
Sabes que perdono todas tus ofensas antes incluso de que las cometas,
por eso te pido que hagas lo mismo con los que a ti te ofenden.
Para que nunca caigas en la tentación cógete fuerte de mi mano
y yo te libraré del mal, pobre y querido hijo mío».
(Padre Martín Descalzo)

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Oración pascualSalmo 149: Cantad al Señor un cántico nuevo. Aleluya.

Coro de monjes de la Abadía de San Isidro de Dueñas.

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Fiesta en España: san Isidoro

El santo hispalense ante las puertas de la Biblioteca Nacional de Madrid
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<Desde el año 415 hasta el año 711 el legado cultural romano cristiano continuó en la península ibérica de mano de los visigodos.
En este periodo, y a lo largo de la Edad Media, un hombre clave en la cultura española fue San Isidoro de Sevilla (560-636).
Su pedagogía tiene dos vertientes y dos metas:
instruir a los clérigos para la Iglesia
y formar a soldados y gobernantes para la patria.
Isidoro llegó a ser uno de los hombres más sabios de su época, aunque al mismo tiempo era un hombre de profunda humildad y caridad.
Fue un escritor muy leído.
Se le llamó el Maestro de la Edad Media o de la Europa Medieval y primer organizador de la cultura cristiana.
La principal contribución de San Isidoro a la cultura fueron sus Etimologías, una summa muy útil de la ciencia antigua condensando, más con celo que con espíritu crítico, los principales resultados de la ciencia de la época, siendo uno de los textos clásicos hasta mediados del siglo XVI.
Su filosofía de la educación se resume en cuatro tesis fundamentales:
-todos los cristianos necesitan instrucción,
-la formación cristiana se realiza mediante el estudio y la oración,
-la ciencia se justifica por su dimensión ética y religiosa y,
-pedagogía y ética son dos aspectos de una misma realidad.

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Rezando con el Pregón de Pascua

Exulten por fin los coros de los ángeles,
exulten las jerarquías del cielo,
y por la victoria de Rey tan poderoso
que las trompetas anuncien la salvación.

Goce también la tierra,
inundada de tanta claridad,
y que, radiante con el fulgor del Rey eterno,
se sienta libre de la tiniebla
que cubría el orbe entero.

Alégrese también nuestra madre la Iglesia,
revestida de luz tan brillante;
resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.

En verdad es justo y necesario
aclamar con nuestras voces
y con todo el afecto del corazón
a Dios invisible, el Padre todopoderoso,
y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre
la deuda de Adán
y, derramando su sangre,
canceló el recibo del antiguo pecado.

Porque éstas son las fiestas de Pascua,
en las que se inmola el verdadero Cordero,
cuya sangre consagra las puertas de los fieles.

Ésta es la noche
en que sacaste de Egipto
a los israelitas, nuestros padres,
y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.

Ésta es la noche
en que la columna de fuego
esclareció las tinieblas del pecado.

Ésta es la noche
en que, por toda la tierra,
los que confiesan su fe en Cristo
son arrancados de los vicios del mundo
y de la oscuridad del pecado,
son restituidos a la gracia
y son agregados a los santos.

Ésta es la noche
en que, rotas las cadenas de la muerte,
Cristo asciende victorioso del abismo.
¿De qué nos serviría haber nacido
si no hubiéramos sido rescatados?

¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad!
¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!

Necesario fue el pecado de Adán,
que ha sido borrado por la muerte de Cristo.
¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!

¡Qué noche tan dichosa!
Sólo ella conoció el momento
en que Cristo resucitó de entre los muertos.

Ésta es la noche
de la que estaba escrito:
«Será la noche clara como el día,
la noche iluminada por mí gozo.»

Y así, esta noche santa
ahuyenta los pecados,
lava las culpas,
devuelve la inocencia a los caídos,
la alegría a los tristes,
expulsa el odio,
trae la concordia,
doblega a los poderosos.

En esta noche de gracia,
acepta, Padre santo,
este sacrificio vespertino de alabanza
que la santa Iglesia te ofrece
por medio de sus ministros
en la solemne ofrenda de este cirio,
hecho con cera de abejas.

Sabernos ya lo que anuncia esta columna de fuego,
ardiendo en llama viva para gloria de Dios.
Y aunque distribuye su luz,
no mengua al repartirla,
porque se alimenta de esta cera fundida,
que elaboró la abeja fecunda
para hacer esta lámpara preciosa.

¡Qué noche tan dichosa
en que se une el cielo con la tierra,
lo humano y lo divino!

Te rogarnos, Señor, que este cirio,
consagrado a tu nombre,
arda sin apagarse
para destruir la oscuridad de esta noche,
y, como ofrenda agradable,
se asocie a las lumbreras del cielo.
Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo,
ese lucero que no conoce ocaso
y es Cristo, tu Hijo resucitado,
que, al salir del sepulcro,
brilla sereno para el linaje humano,
y vive y reina glorioso
por los siglos de los siglos. Amén.

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Domingo II de Pascua: de la misericordia divina;
de Tomás; in albis…

La Paz /Shalom: el saludo pascual del Resucitado:
“<La paz sea con vosotros>…
un saludo que salía de la boca del Resucitado, del que, en la cruz, por la muerte entró en la vida…
Este viejo saludo ha recibido un nuevo ser en la Pascua de Cristo; nuevo ser en un profundo sentido:
lo que antes era un simple deseo, está ahora cumplido y cargado de santa realidad…
El Mesías prometido, portador de paz, se manifestó como realidad en Cristo.
El sacrificio de su muerte derribó el muro que se interponía entre Dios y su creación.
Sobre el altar de la cruz brilla el arco iris de la paz.
Por eso, en la tarde del día de Pascua, Cristo resucitado muestra a sus discípulos
las manos taladradas y el costado abierto. ¡Preciosos trofeos de victoria!
Ellos son la prenda de la nueva paz.
“La paz sea con vosotros”.  Hoy, este saludo ya no es un simple deseo, sino un don.
Don, en primer lugar, para un pequeño grupo de fieles que perseveraron a los pies de la cruz de su maestro.
Don también para todos aquellos, por quienes el Señor ofreció hasta la última gota de su sangre;
ante todo para los patriarcas y profetas de la antigua alianza, cuya vida no fue más que una espera de esta luz;
don, finalmente, para la inmensa muchedumbre de hijos de la Iglesia, no nacidos aún,
para todos los rescatados del pecado y unidos de nuevo al Padre”.

Diethild Eickhoff, El saludo pascual del Señor
en Benedictinas de Herstelle, Nuestra Pascua (1950)Madrid 1962, 259.262s.

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AUDICIÓN: Pacem meam, Aleluya

Jorge de Lyda, un santo pascual


Interior del Santo Sepulcro en Jerusalén
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Feliz día de San Jorge
San Jorge de Lydda, mártir en Tierra Santa (+303 c.).
El santo es protector de los agricultores, arqueros, escultistas, herreros, prisioneros, entre los circenses, montañeros, soldados, entre otros. También se le reconoce como el protector de los animales domésticos. Además, es además Patrono de Inglaterra y de los Boys Scouts (chavales exploradores). Es patrón de Portugal, Georgia, Inglaterra, etc. Es muy venerado en Ucrania y en Rusia.
Su fiesta aparece en los antiguos calendarios hispanos y mozárabes.

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Pascua de la creación

Goce también la tierra, inundada de tanta claridad,
y que, radiante con el fulgor del Rey eterno,
se sienta libre de la tiniebla,
que cubría el orbe entero.
¡Qué noche tan dichosa
en que se une el cielo con la tierra,
lo humano con lo divino!
(Pregón pascual)

Actividades o compromisos a partir de esta jornada:
– Planta un árbol e invita a otros a hacer lo mismo
– Experimenta con los “viernes sin carne”:
sanará el cuerpo  y puede contribuir -en gran medida-
a minimizar tu huella de carbono personal.

Recomendamos leer:
Juan 21, 1-14. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.

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Tiempo bautismal
para participar en Su muerte y resurrección

Los cincuenta días que van desde el Domingo de Resurrección hasta el Domingo de Pentecostés
se celebran con alegría y exultación
como si se tratase de un solo y único día festivo,
más aún, como «un gran domingo» (S. Atanasio).
El tiempo pascual concluye en el quincuagésimo día, con el Domingo de Pentecostés.
Este es el tiempo bautismal por excelencia.
Son los días en los que se canta profusamente el Aleluya.
Hoy podemos leer Lucas 24, 35-48:
«Así está escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día».

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